Un cambio real en Venezuela está muy lejos de producirse

Para el analista Douglas Farah es poco alentador el futuro de la nación venezolana, dado el rumbo que han tomado los acontecimientos.

 

Maibort Petit / maibortpetit@gmail.com


Confiesa que es poco optimista respecto al futuro inmediato de Venezuela donde el Tribunal Supremo de Justicia que responde a los intereses y órdenes de Nicolás Maduro, nombró a los rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE) que luego ha convocado elecciones parlamentarias para el mes diciembre del corriente año 2020, violentando la potestad que en la materia tiene la Asamblea Nacional.

Y es que, ante ese panorama, para Douglas Farah, consultor y analista de seguridad nacional, es difícil vislumbrar un porvenir distinto hasta el que ahora ha experimentado el país suramericano. Farah, quien también es miembro visitante senior en el Centro de Operaciones Complejas de la Universidad de Defensa Nacional y presidente de la empresa IBI Consultants, considera que es poco alentador el devenir venezolano en el corto y mediano plazo, toda vez que en dichos comicios están proscritos varios partidos políticos de la oposición.

Para el analista, estas elecciones solamente tienen como objetivo —además de desplazar a Juan Guaidó como presidente interino— acabar con el único órgano reconocido como legítimo por los Estados Unidos y más de 50 países.

Se trataría, pues, de decisiones que son parte de un juego político que procura mantener el actual estado de cosas que rige en el país, así como aumentar la decepción de los venezolanos que depositaron su confianza en el actual presidente del Poder Legislativo Nacional y cabeza del gobierno interino, pero que ahora observan con pena cómo pasa el tiempo sin que suceda nada que haga vislumbrar un cambio político en Venezuela.

A toda esta situación, Farah le adiciona el hecho de que Estados Unidos entra en una especie de transición en razón del proceso eleccionario y el pos eleccionario, lo cual juega en favor de Nicolás Maduro pues la administración estadounidense experimentará acomodos y reacomodos, sea que Donald Trump resulte reelecto o no.

Todo esto significa tiempo para el régimen de Maduro el cual, pese a la pandemia del Covid-19, la baja de la producción petrolera y la caída de los precios del crudo, se mantiene en el poder y ha logrado, de alguna forma, sortear la situación.

Es que, para el chavismo, lo peor de la crisis ya pasó —estima Farah— y puede mantenerse en el poder, aun cuando su capacidad de gobierno se limite a la capital y a la posibilidad de comprar algunas voluntades. Agrega que, para esta última tarea, cuenta con la lealtad de las fuerzas armadas.

También le suma el apoyo que le brinda a Maduro el gobierno ruso. “Yo no creo que la situación vaya a cambiar rápidamente (…) Hasta tanto Rusia no le diga a Maduro que ha llegado el momento de retirarse, va a mantenerse en el poder. Todo indica que esto va para largo y la situación puede empeorar aún más, hasta que se produzca un cambio real”.

Saab, Irán y el régimen de Maduro

Por otra parte, Douglas Farah hace referencia al caso del empresario colombiano, Álex Saab, a quien el gobierno de Maduro califica como agente diplomático, próximo a ser extraditado a los Estados Unidos donde enfrentaría cargos por delitos de lavado de dinero, el cual podría convertirse en pieza clave para poner en claro muchos de los manejos irregulares del gobierno venezolano.

Para el experto en seguridad, la extradición de Saab, sin duda alguna, el traslado de Saab a Estados Unidos, será un duro golpe para el régimen de Maduro.

Explica que Álex Saab desempeñaba un papel que pocos podrían ocupar, dado que el barranquillero mantiene relaciones con Irán, con Rusia, además de tener gran influencia en el mundo de los negocios a escala mundial.

El procesamiento judicial de Álex Saab en Estados Unidos podría ser determinante y marcar la diferencia respecto a lo que han sido hasta ahora otros casos en los que aliados del gobierno venezolano se han visto la cara con la justicia estadounidense sin que esto se haya traducido en cambios significativos para la institucionalidad democrática de Venezuela. Ningún otro juicio ha afectado al régimen de Maduro como sí puede hacerlo el juicio de Saab.

 “Yo creo que Saab podría ser realmente una excepción. Creo que él es uno de los que realmente maneja en sus manos el dinero, las relaciones, el flujo de gasolina, entre otras cosas. Si logran extraditarlo pudiera conocerse a fondo cómo funciona el régimen de Nicolás Maduro”.

Douglas Farah se remite a una de las fortalezas de Saab como es el citado ascendente que tiene con Irán, país cuya participación en los asuntos de Venezuela es cada vez mayor. No es poca cosa, subraya, que se le haya entregado a esta nación parte del sistema alimentario de los venezolanos.

Y aunque estima que en términos reales es muy poco lo que puede hacer Irán en lo que a oferta de alimentación y suministro de gasolina se refiere, pues no podrá cubrir toda la necesidad venezolana, sí ha logrado es decirle al mundo que los dos países más sancionados por los Estados Unidos se mantienen y están haciendo negocios entre ellos. Ese, destaca Farah, es básicamente el mensaje que Irán y Venezuela quieren enviarle al mundo. “Algo que lograron cuando se observa la imagen de los jóvenes venezolanos enarbolando la bandera de Irán sobre el lugar donde está tumba de Hugo Chávez el día que llegaron los barcos con la gasolina iraní a Venezuela. Esa fue una imagen poderosísima”.

Igualmente subraya que los mismos barcos que surten de alimentos, gasolina y armamento a Venezuela, sirven para sacar el oro y la droga del país.