Alex Saab más cerca de Florida

Gregorio Salazar / @goyosalazar

En su estrecha celda de Cabo Verde, apartado de las jugosas rondas negociadoras de alto vuelo para el régimen venezolano, Alex Saab ya debe imaginar que su condición de perseguido de la justicia internacional es altamente volátil, inflamable, cada vez más cerca de un final explosivo que lo consuma todo y, en primera instancia, a él y todo lo que ha sido y posee.

Mucho más desde este el 31 de julio cuando el Tribunal de Apelaciones de Cabo Verde, aprobó su extradición a los Estados Unidos, acusado por ese país y su natal Colombia de un sinfín de operaciones fraudulentas y lavado de activos.

De nada ha servido las gestiones que los mejores bomberos con que cuenta la izquierda internacional para acudir en auxilio de sus grandes figurones y sus aliados cuando se descubren los estropicios que han cometido durante el ejercicio del poder y los ponen en riesgo  de chamusquina. Los días pasan y el proceso no se detiene.     

De nada ha servido las gestiones que los mejores bomberos con que cuenta la izquierda internacional para acudir en auxilio de sus grandes figurones y sus aliados cuando se descubren los estropicios que han cometido

El equipo abogadil que encabeza ex juez español Baltazar Garzón, hombre de honorarios exquisitos, consideró que la decisión es “arbitraria, sin sustento legal y con absoluta falta de motivación”, y anuncian que apelarán ante la Corte Suprema, uno de los dos últimos cartuchos que le quedan por quemar a Saab. El segundo sería un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.

Si todo eso falla, Saab deberá encaminar sus pasos hacia el avión que lo depositará en Florida, donde un tribunal lo espera para que responda por operaciones irregulares que incluirían lavado de activos, defraudación en la construcción de viviendas y edificaciones deportivas, contrabando de oro y sobre todo la mil millonaria importación exclusiva de la red de alimentos CLAP y medicinas para el régimen de Maduro, maula para la mayoría de sus acreedores pero puntual para las operaciones que realiza con Saab.

Para el régimen venezolano, la detención de Saab es un doble golpe porque aparte de inutilizarlo como su principal intermediario, ahora ve el riesgo de que sentado éste ante la justicia norteamericana radiografíe los tortuosos intríngulis de los negocios y el flujo de dinero de la dictadura venezolana.

Antes de sus apuros en Cabo Verde, la Fiscalía General de Colombia le expropió a Saab, el 9 de junio, siete inmuebles investigados por lavado de dinero. En total valen unos 35 mil millones de pesos, fortuna difícil amasar para quien comenzó pateando las calles de Barranquilla vendiendo llaveritos.  

Saab también habría negociado la importación de la gasolina que ya no produce Venezuela y que se pagaría con oro. Cuando el 12 de junio su jet privado tocó pista en el pequeño islote africano para reponer gasolina no imaginó que allí lo alcanzaría un Código Rojo de Interpol, el temido alerta que lo ha puesto a punto de terminar incinerado. Ahora entiende que los adversarios de su jefe venezolano juegan verdaderamente duro.

   08/05/2020