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Pulso Venezuela

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Agenda Mendoza: 7 años de un diálogo olvidado

Gregorio Salazar / @goyosalazar

No se necesita ser mentalista ni tener facultades telepáticas o paranormales para adivinar cuál fue la imagen que acudió a la memoria de los directivos de Fedecámaras al ver llegar a Jorge Rodríguez, presidente de la AN a la carta, y su extravagante comparsa a la sede de la cúpula empresarial.

Primero el séquito. Un delirante comisario sindical salido del metro de Caracas, aquel servicio de estaciones relucientes que hoy se arrastra como un gusano polvoriento entre andenes llenos de inmundicias. Un neo diputado catapultado por negociaciones ponzoñosas y el  Junior en representación de la casa real, señal de que Maduro no se fía de intermediarios y no quiere versiones filtradas. Si grabadas, mejor.

La imagen en la mente de los anfitriones no podía ser otra que la del propio jefe de la comitiva visitante actuando años atrás como cicerón del ahora difuntísimo caudillo plantado en la Plaza Bolívar, apuntando hacia los cuatro puntos cardinales y arremetiendo contra la iniciativa privada al alarido de ¡Exprópiese!

En verdad una payasada, puesto que en la cuadrícula histórica de la ciudad capital no son expropiables la catedral, la Casa Amarilla, el palacio arzobispal ni el municipal, menos los broncíneos escrotos del corcel libertario. El objetivo, como se vio después, era el edificio La Francia, centro del mayor mercadeo de joyas en Venezuela, que después de años echado al olvido fue entregado a la constituyente espuria.

 Pero así se le dio impulso propagandístico a una política que socavaba toda confianza y seguridad de propietarios, empresarios e inversores  y que aplicada en la minería y la agroindustria, en los servicios y el comercio demolió la mayor parte del aparato productivo nacional, hoy reducido a un mantel de cenizas.

Pero el hombre, el jefe del legislativo prefabricado, venía en supuesto plan de diálogo y había que atenderlo. Es lógico que los empresarios quieran salvar en bien del país lo que queda en pie, aportando entre escombros bienes y servicios y que, en paralelo, exijan un marco legal confiable y de libertades públicas hoy confiscadas.

Ese ritornello del diálogo con los empresarios lo conocen bien los venezolanos. Es un expediente al que acude la descocada cúpula revolucionaria cuando está hasta el cuello en la poza legamosa que ella mismo ha creado y busca oxígeno político. El légamo pasó de las cejas: en la quiebra, asediados por el reclamo popular y en la mira de la comunidad democrática internacional. Las tablas de flotación rusa, china e iraní apenas han evitado el capítulo final de la hecatombe.

Una de las versiones anteriores más notorias de ese recurso desgastado se dio cuando después de años de ataques inmisericordes contra Empresas Polar conminaron a Lorenzo Mendoza a una nueva etapa, ahora sí, del diálogo para rescatar la economía.

El empresario se lo tomó muy en serio y respondió. Este 28 de febrero se cumplen exactamente 7 años desde que llevó a Miraflores los 12 puntos de lo que se conoció como la Agenda Mendoza. Típico de la retórica fatua, falaz y rimbombante del régimen, hubo de hacerlo ante una recién creada “comisión de la verdad económica para buscar soluciones urgentes a la crisis”.

Mendoza salió rebosante de optimismo: "Agradezco que esta propuesta haya sido tan bien recibida por el Ejecutivo, y que su instrumentación haya comenzado de forma inmediata”.

Entre otras medidas, Mendoza proponía incrementar la producción para acabar con la escasez y las colas, lo cual suponía acceso a las divisas en forma dinámica, eficiente y transparente para insumos y materias primas; hacer el realidad el “hecho en Venezuela” y ahorrar divisas; combatir la inflación y la escasez, consecuencia de la intervención del Estado y causa de los ruinosos precios congelados; revisar todo el desastre de las empresas del Estado; cesar el financiamiento del gasto público con dinero inorgánico y otras.

Fueron siete años perdidos. Si algo semejante a aquellas medidas surgió fue porque lo impuso la realidad y el régimen lo dejó hacer in extremis, como lo vemos con la dolarización pirata de la economía; haber desechado en la práctica el control de cambio y quitarle el techo a los precios.

Veremos qué pasa en esta oportunidad. Lo que sí debe tener claro el empresariado es que el régimen no pedirá perdón ni dirá que rectifica y que ellos deben exigirle pruebas rápidas  y concretas de que finalmente pondrán lo económico por encima de lo politiquero. Muy difícil.

Lo contrario será confirmar que el fracasado experimento revolucionario no se abre al diálogo, sino que, en su exclusivo interés, clava un inútil remedo, como clavó la estaca de la expropiación en el corazón de la economía venezolana.



 

Pulso Venezuela


 

A 75 años de la Revolución de Octubre el voto es una entelequia

 

Gregorio Salazar / @goyosalazar

 

Cuando se derrumbó el hombre consenso, el que encarnaba el punto de sustentación en medio del intenso forcejeo político de los primeros meses de 1945, el presidente Isaías Medina Angarita debió presentir que los acontecimientos se precipitarían y muy difícilmente por los canales pacíficos.

Y así pasó. Desde la mañana en que, ante el estupor de todos, al Embajador Diógenes Escalante se le esfumó el juicio en su suite del Hotel Avila hasta el hecho de armas que dio traste con el gobierno medinista transcurrió apenas un mes y medio.

Previsivamente, Medina había convocado a una reforma constitucional, una especie de apertura gradual que daría a las mujeres el derecho a votar en elecciones municipales y crearía el voto directo para los diputados y senadores, pero no el voto universal, directo y secreto para elegir el presidente de la República. Se aprobó en enero del 45.

Ese era el punto central de las demandas de Acción Democrática, convencida que  por gravitación natural llegaría al poder “si al pueblo se le daba la oportunidad de votar”. Y esa era justamente la reforma sobre la cual Medina apretaba su torniquete, aunque reconocía que estaba en el ánimo de todos, “como una aspiración máxima y justa”.  

La dictadura nos había mantenido en la ignorancia política. El voto directo era un salto que podía “exponernos a graves consecuencias”

 Su tesis era evolutiva. El país no estaba preparado para ello. Así lo explicó en el balance póstumo “Cuatro años de Democracia” (1963). La dictadura nos había mantenido en la ignorancia política. El voto directo era un salto que podía “exponernos a graves consecuencias”. 

En el juego de tensiones también entraba el descontento de la joven oficialidad del ejército, a quienes sus viejos jefes gomecistas enviaban a formarse académicamente en el exterior pero le mantenían represados ascensos y reivindicaciones económicas. Querían sacudirse la tutela de esa desgastada jerarquía venida del viejo régimen. 

Betancourt y Leoni, le advirtieron que si no aceptaba esa postulación los militares darían el golpe y no le faltarían apoyos civiles. 

Tensaba la cuerda por su lado el general Eleazar López Contreras, sucesor de Gómez. Mantenía el regusto por el poder y veía con desagrado la posibilidad del continuismo de Medina a través de un dócil personaje de su entorno. Lo consideraba eso un retroceso y dejó caer una advertencia: “Tengo en mi casa mi uniforme de general y no colgado de una percha”.

Sólo Escalante tenía el consenso general. Lo había pensado mucho. Había recibido misiones en la Embajada de Washington, incluida la de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, quienes le advirtieron que si no aceptaba esa postulación los militares darían el golpe y no le faltarían apoyos civiles. 

Pero diagnosticado el irreversible caos mental de Escalante y rechazado el nuevo candidato del presidente, su ministro de Agricultura Angel Biaggini, sin peso político propio, la preparación del golpe entre la dirigencia de AD y la Unión Patriótica Militar corrió sin pausas y sin barreras.

En las calles del centro de Caracas, el cuartel San Carlos y alrededores de Miraflores quedaron regados unos 400 cadáveres.

Medina vio acercarse la fatalidad. “Estoy en estos bretes por no haberle hecho caso a Jóvito Villalba y a Mario Briceño Iragorry para aprovechar la reforma constitucional y haber aprobado el voto directo”. Tardía y sincera lamentación en esos días a su amigo el mayor Santiago Ochoa Briceño, quien defendería su gobierno al frente de la Policía de Caracas.

El golpe se consumó en las 24 horas, entre los mediodías del 18 y el 19 de octubre. En las calles del centro de Caracas, el cuartel San Carlos y alrededores de Miraflores quedaron regados unos 400 cadáveres. En un Miraflores en penumbras se juramentó la junta cívico militar, que presidió Betancourt. Gallegos y AD ganaron las elecciones del 47 y un año más tarde fue derrocado por sus anteriores aliados militares, codiciosos de poder.

Por décadas los venezolanos oyeron los ecos de la Revolución de Octubre, un parteaguas en la historia de Venezuela. La discusión alimentó viejos rencores al punto que cuando Carlos Andrés Pérez fue depuesto en 1993 lo vio como “las últimas arremetidas de los derrotados de 1945”. Una alusión directa a Uslar Pietri, quien sostenía que de no haber sido por la asonada del 45 hubiera sido presidente.

El voto universal, directo y secreto tuvo un parto sangriento y generó cambios importantes en la vida nacional. Para sus detractores fue el precedente negativo que anticipó el golpe del 48 y diez años de dictadura militar.

Setenta y cinco años después en Venezuela el voto libre es poco menos que una entelequia. Las elecciones legislativas del próximo 6 de diciembre tendrán posiblemente la menor asistencia a las urnas de nuestra historia. El régimen chavista destruyó la fe en el sufragio a fuerza de manipular los procesos comiciales antes, durante y después de la fecha electoral.

10/18/2020


 

 PDVSA y la gesta reestructuradora

 

Gregorio Salazar / @goyosalazar

Cuando la cúpula del régimen de Maduro apela al término “reestructuración” probablemente lo que quiera decir es “extremaunción”, lápida y RIP.

La “reestructuración”, por lo conocido, es anunciada cuando alguno de los numerosos entes que férreamente controlaron y exprimieron durante dos décadas caen en barrena o tocan fondo, desvencijados e improductivos, y sus partículas vagan esparcidas como el “polvo cósmico” que tanto gustaba mencionar el  caudillo golpista del 4F.

Como la revolución se adentra cada vez más en espacios propios de la ficción, es muy posible que de PDVSA pueda evocar la impostura de El Astillero, la invención literaria donde Onetti hizo transcurrir los últimos meses de vida de Larsen

El proceso cubre una secuencia rutinaria. Constatado el gran desastre, se declara la emergencia y se encarga a un equipo “salvador”, elenco de caras recicladas que ya han dejado su larga estela de fracasos en ministerios, gobernaciones y en otros entes públicos catalogados como reestructurables. Muy importante bautizarlo con el nombre de un prócer del proceso para remarcar la impronta revolucionaria de la nueva gesta.

Más o menos así llegó la onda reestructuradora a los predios de la postrada PDVSA, el 19 de febrero de este año, cuando Nicolás Maduro anunció la creación de una comisión encabezada por Tareck El Aissami, bajo el inspirador nombre de “Alí Rodríguez Araque”, paradójicamente el artífice del comienzo del fin de la petrolera estatal.

Como la revolución se adentra cada vez más en espacios propios de la ficción, es muy posible que de PDVSA pueda evocar la impostura de El Astillero, la invención literaria donde Onetti hizo transcurrir los últimos meses de vida de Larsen, su derrotado antihéroe, entregado en riguroso horario de oficina a faenas inútiles, sin concreción de obra alguna y con despreocupación sobre el resultado.   

Si imagináramos a los comisionados de Maduro inspeccionando campos  petroleros, el panorama semejará mucho al novelado: plantas herrumbrosas y chimeneas apagadas, tuberías con parches y remiendos improvisados, paredes descascaradas, oficinas desiertas y escritorio cubiertos con arrumes de carpetas polvorientas.

La empresa va desenganchada de la realidad. Hablan de seguridad energética sin poder alcanzar ni la mitad de los 800 mil barriles de Ecopetrol (Colombia) y la gasolina llega desde el lejano y sancionado Irán mediante un trueque por el llamado “oro de sangre”. Ya la revolución no se propone “salvar al planeta”, ahora depreda salvajemente selvas y contamina ríos para cambiar agónicamente barras de oro por combustible. Designan “representantes de la clase obrera”, la misma a la que le redujeron el salario mínimo a menos de un dólar mensual y obligaron a salir al exterior en estampida.

Desinversión, abandono de los ancestrales protocolos de mantenimiento, entrenamiento y seguridad y sobre todo el saqueo más voraz y prolongado de la riqueza generada por una empresa petrolera, y encima impunemente, que se haya visto en cualquier latitud.  El Aissami fue sustituido por Asdrúbal Chávez, quien sin recursos financieros ni humanos seguirá la rutina simuladora.

Otras comisiones se crearon hace muchos años en PDVSA. En 1977 la democracia designó a 50 técnicos de la industria nacionalizada para poner fin al improductivo desagüe del Instituto Venezolano de Petroquímica (IVP), que en casi un cuarto de siglo no había producido un bolívar al fisco. Les dieron cinco meses.

Ellos reestructuraron y unificaron los departamentos de Finanzas, Operaciones y Recursos Humanos de Morón y de El Tablazo, evaluaron  y repararon las plantas paralizadas y modificaron procedimientos. Así surgió una empresa rentable que al poco tiempo comenzó a abastecer el mercado interno, exportar y a reportar sustanciales ganancias. Así nació Pequivén, uno de las grandes logros de la petrolera estatal, a la que también barrió el huracán de la locura revolucionaria.  

09/30/2020


 

Guaidó: Participar en elecciones amañadas es legitimar la dictadura

 Gregorio Salazar / goyosalazarm@hotmail.com

El presidente interino Juan Guaidó descartó que un cambio en la Casa Blanca como resultado de las elecciones del 3 de noviembre pudiera significar la desaparición del apoyo a la causa libertaria de Venezuela y por tanto del gobierno de emergencia nacional que está perfilando.

También afirmó luego en twitter: “Unidad en torno a los Poderes Legítimos, aunado al respaldo del Pueblo y de la comunidad internacional. No hay otra ruta. Mi deber es construir esa unidad para salir de la dictadura. Quien crea que puede lograrlo solo o legitimando un fraude, ayuda a Maduro.”

Tras agradecer profundamente el apoyo de Trump a la causa de la libertad de Venezuela, Guaidó sentenció: “Le tengo una noticia a Maduro: no hay forma (de que eso ocurra). Es que tu problema no es con la Casa Blanca nada más. Tu problema es con el Departamento de Justicia. Hay una recompensa de 15 millones de dólares por tu cabeza y ese no es un problema de tendencias bipartidistas, es un problema de independencia de poderes”.

“El 6D no es una elección. NO podemos inscribir ningún liderazgo. Los partidos están secuestrados. No hay observación ni árbitro.

Guaidó ofreció una extensa entrevista vía Zoom, promovida por Transparencia Venezuela y que pudo ser seguida a través de esa plataforma. Se mostró confiado en que logrará la ruta del consenso para un gobierno de emergencia.

El hecho de que la recompensa del gobierno de USA por la cabeza de Maduro sea una de las cinco más altas en la historia de la humanidad evidencia, según Guaidó, “el nivel del problema que tienen Maduro y su entorno”.

“Tengo la mejor relación con los distintos niveles del gobierno y la administración norteamericana e incluso a nivel bipartidista. Lo vimos en la invitación que me hicieron a la presentación del mensaje a la Unión, donde además tuve reuniones con todos los partidos políticos. Lo mismo con los Departamentos de Seguridad y Defensa para articular acciones”. 

Afirmó que “el claro respaldo a la causa del proceso venezolano no es en lo personal a Juan Guaidó. Es a la libertad y contra la amenaza que representa Maduro a la estabilidad de Venezuela y del hemisferio, vinculándose con el terrorismo y el narcotráfico”.

 Sanciones, falso dilema

“El 6D no es una elección. NO podemos inscribir ningún liderazgo. Los partidos están secuestrados. No hay observación ni árbitro. Participar no es la única forma de ejercer la mayoría y, en este caso, legitimaría la dictadura”, enfatizó Guaidó.

El presidente interino resumió así las condiciones que se necesitarían para unas elecciones libres y competitivas: Derecho a elegir y ser elegido; no judicialización de los partidos; cronograma electoral presidencial y parlamentario; observación internacional de todas las fases del proceso y un árbitro nombrado de acuerdo con la Constitución”.

Sin embargo, aclaró: “Estas cinco condiciones hacen una elección competitiva. Ojo, no transparente, pero mínimamente competitiva”.

Sobre el comunicado emitido recientemente por Henrique Capriles señalando el fracaso de la ruta que conduciría al cese a la usurpación, Guaidó sostuvo que lo importante es crear consensos, que no es una unanimidad, como ocurrió en otros procesos.

Consideró “un falso dilema” las críticas  según las cuales las sanciones internacionales afectan más al ciudadano que al régimen de Maduro.

“Las sanciones son las herramientas que tenemos y podemos hacerlas más efectivas. Todos los indicadores de decrecimiento de la producción petrolera, de contracción de la economía, de no acceso a bienes y servicios, de destrucción del servicio eléctrico no empezaron con las sanciones. De ninguna manera”, subrayó.

La acumulación de fuerzas la tenemos. Hay que crecer. No estamos en la fase de construcción de una mayoría. Estamos en la fase de ejercicio de una mayoría que nos aproxime a una transición.

Destacó que estamos en una crisis severa, muy compleja que nos reclama a todos.

La organización tiene obstáculos. Hay barreras como la pandemia, como la persecución, hay problemas de movilización y de incomunicación incluso.

--¿Para dónde va Venezuela?

--Eso va a depender de nosotros y de lo que hagamos en los próximos días. De cara a una  transición, de cara a ser libres. Si tenemos respaldo internacional,  si somos mayoría los que queremos cambio y hay una política que se puede hacer de manera diferente en el país, hace falta pensar en las alternativas que tenemos, en los conceptos en los que estamos bastante alineados. Es necesario ejercer la mayoría,   presentar una alternativa al fraude de la dictadura, reunir un Plan País, otorgarle garantías a los que se quieren poner del lado de la Constitución y quieren crear un gobierno de emergencia nacional.  

Sobre la libertad del diputado Juan Requessens, Guaidó sostuvo que  se necesita la libertad de los otros cuatrocientos presos políticos y que la medida “es insuficiente para que la oposición concurra a un proceso electoral amañado”. 

08/29/2020


 

 El sueño del partido único

 

Gregorio Salazar / goyosalazarm@hotmail.com

 

“Reciba su partido político por taquilla..”… No hay todavía un letrero semejante en la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela, pero por la velocidad de los afanes judiciales del régimen un día no va a lucir exagerado: siete partidos cambiaron de manos en apenas 35 días mediante intervenciones “express” de novísima invención por Nicolás Maduro y su entorno.

Socialdemócratas, demócratas cristianos, de derecha o de izquierda, moderados o radicales, todo entra en la degollina oficialista en plena época pre electoral. Basta que represente algún tipo de estorbo en el camino de la perpetuación o pretenda salirse del redil revolucionario para ver caer su legalidad, sobre todo si el régimen logra la complicidad interna --y por lo general minoritaria-- de miembros de esas organizaciones.

Desde la casi octogenaria Acción Democrática, seguida por Primero Justicia, Voluntad Popular, Podemos, Patria Para Todos, el ultra chavista Tupamaro, y el cristiano Nueva Visión Para Mi País (Nuvipa) recibieron a su turno el zarpazo gubernamental a través del TSJ. Y están en proceso Un Nuevo Tiempo y el Movimiento Electoral del Pueblo.

Basta que represente algún tipo de estorbo en el camino de la perpetuación o pretenda salirse del redil revolucionario para ver caer su legalidad.

Ya había el precedente de la eliminación de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y la tarjeta “de la manito”, instrumento clave para la obtención de la mayoría calificada por la oposición en la AN el #6D del 2015. Todo partió de la falsa acusación de la falsificación de firmas para convocar el referéndum revocatorio en 2016.

El régimen ha aprovechado disputas internas que ingenuamente pretendieron ser dirimidas en el previsible TSJ, como la que surgió hace años en Copei, hoy todavía con una dirigencia bifronte. En los partidos inscritos en el Polo Patriótico, una simple desviación dispara el dispositivo que en poco tiempo asegura la permanencia en el cercado del oficialismo.

Ocurrió, por ejemplo, con el PPT cuando su congreso nacional eligió como candidato presidencial a Henrique Capriles (2012). En la rueda de prensa donde se anunciaba la decisión el dirigente Rafael Uzcátegui, incurso en los golpes del 92, interrumpió para negar que se hubiera tomado tal decisión. Fue al TSJ y le entregaron “por taquilla” el partido, que ahora le acaban de arrebatar para entregarlo a manos más obsecuentes.  Otro tanto ocurrió con el ultra revolucionario Tupamaro. Ambos, más el PCV, habían anunciando la ruptura de la alianza con el PSUV de cara a las elecciones legislativas.

Tras el despojo de AD, PJ y VP está la sórdida historia de la Operación Alacrán, jugada con muchos dólares en la ponzoña, que primero dividió las bancadas de esos partidos y enseguida se los entregó al grupo sobornado mediante juntas directivas ad hoc. Ahora van a las cuestionadas elecciones legislativas sin mayor capacidad de movilización.

Desde que Chávez apareció en escena como candidato presidencial provocó cismas  partidistas. El lanzamiento del PSUV fue precedido de la propuesta del un solo partido revolucionario (2007). Hoy con la dirigencia  sin el control de sus registros, sus símbolos y sus infraestructuras, con cuadros detenidos, inhabilitados o en el exilio,  la oposición vive su peor momento en 20 años del chavismo, que sigue desbrozando el camino hacia el sueño del partido único. No estará en la constitución como en Cuba, pero está operando por la vía de hecho.

 @goyosalazar / 08/23/2020 


 

Pulso Venezuela

 Alex Saab más cerca de Florida

 

Gregorio Salazar / @goyosalazar

 En su estrecha celda de Cabo Verde, apartado de las jugosas rondas negociadoras de alto vuelo para el régimen venezolano, Alex Saab ya debe imaginar que su condición de perseguido de la justicia internacional es altamente volátil, inflamable, cada vez más cerca de un final explosivo que lo consuma todo y, en primera instancia, a él y todo lo que ha sido y posee.

Mucho más desde este el 31 de julio cuando el Tribunal de Apelaciones de Cabo Verde, aprobó su extradición a los Estados Unidos, acusado por ese país y su natal Colombia de un sinfín de operaciones fraudulentas y lavado de activos.

De nada ha servido las gestiones que los mejores bomberos con que cuenta la izquierda internacional para acudir en auxilio de sus grandes figurones y sus aliados cuando se descubren los estropicios que han cometido durante el ejercicio del poder y los ponen en riesgo  de chamusquina. Los días pasan y el proceso no se detiene.     

De nada ha servido las gestiones que los mejores bomberos con que cuenta la izquierda internacional para acudir en auxilio de sus grandes figurones y sus aliados cuando se descubren los estropicios que han cometido

El equipo abogadil que encabeza ex juez español Baltazar Garzón, hombre de honorarios exquisitos, consideró que la decisión es “arbitraria, sin sustento legal y con absoluta falta de motivación”, y anuncian que apelarán ante la Corte Suprema, uno de los dos últimos cartuchos que le quedan por quemar a Saab. El segundo sería un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.

Si todo eso falla, Saab deberá encaminar sus pasos hacia el avión que lo depositará en Florida, donde un tribunal lo espera para que responda por operaciones irregulares que incluirían lavado de activos, defraudación en la construcción de viviendas y edificaciones deportivas, contrabando de oro y sobre todo la mil millonaria importación exclusiva de la red de alimentos CLAP y medicinas para el régimen de Maduro, maula para la mayoría de sus acreedores pero puntual para las operaciones que realiza con Saab.

Para el régimen venezolano, la detención de Saab es un doble golpe porque aparte de inutilizarlo como su principal intermediario, ahora ve el riesgo de que sentado éste ante la justicia norteamericana radiografíe los tortuosos intríngulis de los negocios y el flujo de dinero de la dictadura venezolana.

Antes de sus apuros en Cabo Verde, la Fiscalía General de Colombia le expropió a Saab, el 9 de junio, siete inmuebles investigados por lavado de dinero. En total valen unos 35 mil millones de pesos, fortuna difícil amasar para quien comenzó pateando las calles de Barranquilla vendiendo llaveritos.  

Saab también habría negociado la importación de la gasolina que ya no produce Venezuela y que se pagaría con oro. Cuando el 12 de junio su jet privado tocó pista en el pequeño islote africano para reponer gasolina no imaginó que allí lo alcanzaría un Código Rojo de Interpol, el temido alerta que lo ha puesto a punto de terminar incinerado. Ahora entiende que los adversarios de su jefe venezolano juegan verdaderamente duro.

   08/05/2020

 

 
 

Pulso Venezuela

Maduro: elecciones, epidemia y escombros

 El acosado régimen de Nicolás Maduro sigue un guión invariable. Acaparar poder político y aniquilar la oposición. Pese a que las sanciones y la exponencial epidemia de Covid-19 le van acortando el margen de maniobra, en sus cadenas diarias se muestra tan ajeno a su responsabilidad en el caos como si le reclamaran por la ausencia de agua en la luna.

Gregorio Salazar/ @goyosalazar

Con la epidemia de Covid-19 en crecimiento exponencial y acentuando las críticas condiciones de vida de los venezolanos, el régimen de Nicolás Maduro se muestra decidido a realizar, arrollando cualquier escollo, las elecciones legislativas el próximo 6 de diciembre, aunque resulten las menos concurridas y más desconocidas de la historia.

De nuevo, cuestiona la oposición, prioriza afianzar el control político y no atender el profundo caos social y la fragmentación del país. Si la epidemia arrastró en picada las economía más consolidadas y el empleo, cualquier vaticinio post pandemia, por muy sombrío que sea, puede quedarse corto en un país donde la enfermedad y sus secuelas está golpeando un mapa social de 79,3% de pobreza extrema, como lo desnuda la reciente encuesta Encovi (UCAB).

Revela ese estudio que, por sus niveles de desnutrición y pobreza, Venezuela ya no se parece al país en el cual insurgió el chavismo en 1998. Como si hubiera sido transplantada al África, ahora se asemeja más a Nigeria, Zimbabue o el Congo.

Elecciones a rompe y raja

Pero Maduro sigue embalado hacia su meta electoral.  Para ello tiene la mesa más que servida: dinero para reponer las máquinas, mayoría vía TSJ en el CNE, opositores minúsculos y a la carta, arbitrarios cambios normativos que le permiten un pastel más grande al elevar de 167 a 277 los diputados a elegir, además del consabido ventajismo en recursos del estado, incluida una aplastante hegemonía mediática. Todo menos un pueblo dispuesto a votar.

Venezuela ya no se parece al país en el cual insurgió el chavismo en 1998. Como si hubiera sido transplantada al África, ahora se asemeja más a Nigeria, Zimbabue o el Congo.

Por lo pronto, la epidemia está golpeando la estructura oficialista: Diosdado Cabello, Tareck El Aissami, Darío Vivas, el gobernador Omar Prieto, Freddy Ñañez, presidente de VTV y 45 trabajadores de esa planta han sido anunciados como positivos del Covid-19.   

Un virus sin barreras

Beneficiado por el aislamiento aerocomercial, al principio  los contagios fueron escasos. Pero 140 días después el ritmo es de entre 300 y 400 casos diarios, y el total de fallecidos superó el centenar,  entre los cuales hay 24 entre médicos y paramédicos. La red hospitalaria sigue desguarnecida, y la capacidad de respuesta depende de dádivas de Turquía, China y Rusia. A la falta de agua, gas y electricidad se sumó la de gasolina. Colas y tumultos causan a menudo fallecidos.   

Como en otras áreas problematizadas del país, Maduro tiene como excusas agentes o enemigos externos: los gobiernos de Brasil y Colombia, a los que acusan de enviar como “bioterroristas” contagiados a los venezolanos menesterosos que salieron a pie buscando medios de vida y que regresan ahora que la crisis económica los dejó en situación de calle en aquellos países. Ya no pregona la feliz misión “vuelta a la patria”, sino insultos y amenazas.

En líneas generales la cuarentena es las grandes ciudades es una ficción. La población, ansiosa y desprotegida, sale a procurarse a duras penas el alimento. Si en Estados Unidos la epidemia se salió de control hasta romper el récord de contagios 9 veces en el último mes, qué no podrá ocurrir en Venezuela en el resto del año.       

Los avatares de Juan Guaidó

La oposición del llamado G-4 confronta su propia y no menor crisis interna. El presidente interino Juan Guaidó ya no es el dirigente cero kilómetros de enero de 2019, todo esperanzas y expectativas. Siendo que los resultados han estado por debajo de lo ofrecido los costos políticos eran inevitables. La inexplicable Operación Gedeón lo zarandeó, pero pudo capear el temporal manteniendo el sólido apoyo de los partidos de su alianza. Lo mismo de los gobiernos aliados.

Unos de los problemas es el complicado manejo de las empresas y los recursos, dinero, bonos y deuda, que ha ocupado su gobierno con el apoyo de los EEUU. La opacidad es la crítica más constante, así como que la importante masa de dinero que controla no haya podido, por las trabas oficiales, aliviar las penurias de los trabajadores, como el personal médico y paramédico, al que se le ofreció $ 100 durante tres meses.

Al hecho que su mandato finalice con la elección de una nueva AN se asoma como alternativa un gobierno de emergencia. Faltaría por ver si el régimen lo mantendría en libertad. Pero una interrogante adicional son las elecciones de los EEUU, ahora que Trump parece no tener la reelección en el frízer. Aunque el apoyo a Venezuela es bipartidista, una eventual victoria demócrata podría significar cambios de estrategias.

El otro gran problema es el despojo que hizo semanas atrás el TSJ de la representación legal de AD, PJ y VP. Si bien el grueso de la militancia se quedó fiel a sus dirigentes es un severo contratiempo en medio de tantas adversidades, cuya solución es una incógnita.

0721/2020


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Venezuela: coronavirus rebosa la copa de la crisis

 Si alguien imaginaba que la “tormenta perfecta” que azota la Venezuela socialista no podía tener otro pico, la terca realidad viene a demostrar que “siempre se puede estar peor”. El coronavirus abre un temible abanico de mayores repercusiones políticas, económicas y sociales en uno de los países más vulnerables ante el flagelo, pero el régimen puede beneficiarse de la parálisis.

Gregorio Salazar // goyosalazarm@gmail.com

Todo quedó atrás en cuestión de horas: la quema de las máquinas electorales, la represión desatada durante la marcha del 10 de marzo y la convocatoria hecha para el 14, la encarcelación de otro diputado violando su inmunidad, los escarceos electorales, el derrumbe a la mitad del precio del petróleo…

Desde que se confirmaron los dos primeros casos de Covid-19, los venezolanos no han tenido ojos y oídos sino para ocuparse de la inminente amenaza viral que ahora se suma a la infinidad de calamidades en que los ha sumido dos décadas de proceso revolucionario.

En general, han reaccionado con nerviosismo semejante al visto en otras sociedades, pero con el toque psicótico que les da saber que viven en uno de los países más vulnerables del planeta para enfrentar la epidemia: pésimo servicio de agua, con largas interrupciones eléctricas, una red hospitalaria en el suelo, escasos medicamentos, insumos y personal médico. Hay estados donde el déficit de insumos llega al 95 %, como Lara, según la Federación Médica Venezolana. Y ni hablar de la baja capacidad adquisitiva.

El viernes 13, al anunciarse oficialmente que dos viajeros de Iberia había traído el coronavirus desde España, un volumen notorio de compradores, sobre todo de clase media, se volcó hacia las farmacias y tiendas en busca de mascarillas, gel antibacterial, alcohol, papel higiénico, enlatados y otras provisiones que se imaginan puede necesitar durante un período de resistencia hasta que el peligro desaparezca.

Entre el virus y el hambre

Las primeras quejas fueron contra los precios especulativos. Aún así, los anaqueles comenzaron a vaciarse recordando los peores momentos de desabastecimiento.

Esto puede agravarse, según la especialista nutricional Susana Rafalli, porque “la cadena de suministros de alimentos nacional e internacionalmente se interrumpirá parcial o totalmente” y “la oferta total de alimentos del país no da. Unos nueve millones quedarían por fuera si se repartiera la comida que hay”.

Hay estados donde el déficit de insumos llega al 95 %, como Lara, según la Federación Médica Venezolana. Y ni hablar de la baja capacidad adquisitiva.

El economista Asdrúbal Oliveros también anticipa escenarios muy críticos y sostiene que “encerrarse para protegerse es una condena a muerte. Porque si no es el virus es la crisis y el hambre. Así estamos”.   

Súmese a ello la menguada capacidad importadora de un país (ex petrolero) cuya capacidad de producción ronda los 700 mil b/d y  su precio amenaza con romper el insólito piso de los 20 $. El régimen busca recursos desesperadamente y a mediados de semana vendió otras dos toneladas de oro, según la agencia Reuter.

 Semana horríbilis

En un país donde la sucesión de eventos de fuerte impacto es por lo regular trepidante, los días transcurridos desde el sábado 7 no lo fueron menos. Ese día un incendio en un galpón del Consejo Nacional Electoral destruyó más de 582 computadoras y 49.408 máquinas de votación, entre otros equipos indispensables para las elecciones. Lo manual sólo favorecería al gobierno, dicen los expertos.

La ocasión no fue desaprovechada por la cuestionada presidenta de ese organismo, Tibisay Lucena, quien atribuyó el siniestro al consabido “sabotaje” de sectores “que no quieren la paz” y volvió a exhibirse como defensora de los derechos políticos y electorales de los venezolanos. Observadores suponen que es un relanzamiento para mantenerse en el cargo.

La marcha del martes 10 convocada por Juan Guaidó demostró que aún quedan arrestos en la oposición para calentar la calle y si bien la presencia no se puede calificar de multitudinaria si fue importante, tanto como para “merecer” otra arremetida represiva que le impidiera el objetivo de llegar hasta el palacio legislativo. El plan B se redujo a una asamblea alterna en Las Mercedes donde se presentó el pliego de conflictividad con los interminables reclamos de la sociedad civil.

Sin ceder en el cerco sobre la AN, el régimen detuvo ese mismo día al joven diputado Renzo Prieto, el estudiante Delby Jaimes y a William Correia, a quienes imputaron por presunto “financiamiento al terrorismo, promoción del odio y asociación para delinquir”. Ya fueron imputados.

Guaidó convocó enseguida para otro acto de calle el sábado 14, pero el jueves el régimen anunció que declaraba la emergencia hospitalaria, que viene a ser como llover sobre lo mojado, y al declarar el estado de alarma toda concentración pública quedó suspendida.

El impacto sobre la agenda opositora fue inmediato. La propia María Corina Machado, en un mensaje por las redes, consideró necesaria una tregua. 

 Emergencia sobre la emergencia

Basado en el decreto del estado de alarma (Art. 338 de la CRBV) para los casos de catástrofes y calamidades públicas el régimen paralizó acciones de calle y, eventualmente, podrá acelerar acuerdos en el seno de la AN, donde el Comité de Postulaciones para la elección de rectores del CNE es un hecho consumado.

Desde el 16 de marzo quedarán suspendidas las clases a todos los niveles  y el propio sector privado a través de Fedecámaras llamó a suspender todo tipo de eventos. Extrañamente, no se suspendió el servicio del metro que por su hacinamiento a niveles sórdidamente infrahumanos puede resultar un enorme foco de infección.

Por lo pronto, el régimen continúa con la movilización “cívico militar” con el llamado Escudo Bolivariano 2020, para la detección y contención del virus. Recorre los 46 hospitales “centinelas” y se prepara para cerrar las fronteras, algo en lo que ya se le adelantó Colombia. Ojalá tuvieran suerte. Pudieran evitar que el  el coronavirus levar a Venezuela a una zona fantasma.