Eduardo Orozco / acentonews.com
Ni las amenazas a los empleados públicos, ni la ola de secuestros de última hora, ni la participación de algunos “opositores”, lograron modificar la histórica cifra de 85% de rechazo a la farsa electoral del domingo 25 de mayo.
Domingo, 25 de mayo.
La abstención más alta de la historia electoral de Venezuela consolida la decisión de la mayoría de los venezolanos de seguir enfrentando los atropellos de la dictadura de Nicolás Maduro. Más allá de las contradictorias cifras publicadas por el CNE de Elvis Amoroso, el mismo que publicó en una servilleta los resultados falsos para desconocer el triunfo de Edmundo González, la realidad desnuda está a la vista de todos.
Todos los sondeos de opinión coincidían en las cifras de rechazo a la convocatoria del régimen y los resultados no dejan espacio para las dudas: los venezolanos están hartos de un gobierno que solo ha traído pobreza, persecución y ruina. Desde las 6 de la mañana del domingo, la desolación y la desobediencia civil le plantaron cara al régimen y ratificaron contundentemente su voluntad de enfrentarlo hasta lograr un cambio de gobierno. Ante la trampa electoral solo quedaba la desobediencia.
El debate sobre la conveniencia de participar o no “para no perder espacios”, seguramente continuará en algunos predios, pero lo que si quedó claro es que esa participación no fue acompañada por la inmensa mayoría de quienes quieren un cambio verdadero de rumbo. Ahora tendrán que explicar de qué sirvió atender el llamado del gobierno y dejarse utilizar para maquillar la farsa que todos presenciamos.
Razón tiene la líder opositora María Corina Machado cuando afirmó, al conocer los resultados: “Hoy volvimos a derrotar al régimen criminal, más del 85% de los venezolanos desobedecimos y dijimos NO”.
Estos resultados tienen un enorme significado en este momento de la lucha por la libertad de Venezuela porque ratifican que una determinante mayoría de ciudadanos prefieren seguir luchando por su libertad antes que convivir con sus verdugos. El intento por debilitar ese liderazgo ha fracasado.
No se trata de hacer leña con los árboles que cayeron, el foco es seguir presionando a la dictadura en nombre de una mayoría que ha legitimado en la calle y en las urnas su liderazgo y su autoridad moral y política en este proceso. Ese liderazgo ha sido ratificado contundentemente y continuará en una lucha que tiene un solo objetivo: restaurar la libertad y la democracia en beneficio de todos los venezolanos.