Con Chevron o sin Chevron

Rafael Gallegos / gallegos.c@gmail.com

 Con el retorno de Chevron a Venezuela el gobierno de Trump realizó un sorpresivo “vuelvan caras” que dislocó a muchos analistas. ¿Por qué retornó la empresa al país? Hay muy variadas opiniones: los que se sienten traicionados y desconcertados, los que hablan de un triunfo estratégico de USA, y hasta de – habrase visto – de un caballo de Troya; y finalmente los que celebran la medida. La verdad, habrá que preguntarle al Departamento de Estado.

Lo único que aquí se puede afirmar – para los oídos de tanto inocencio – es que el dólar no tiene amigos sino intereses, como lo corroboran tantos ejemplos en la historia de América Latina. Y además que el MAGA de Trump significa primero EEUU, segundo EEUU, y tercero EEUU. O sea…

Impacto de Chevron

Sin entrar en consideraciones políticas, podemos afirmar que las divisas generadas por la operación de esta empresa en Venezuela en 2023 redundaron, entre otros efectos, en un valor del bolívar respecto al dólar más o menos estable.

Luego, la sola expectativa de la salida de Chevron, aceleró la devaluación del signo monetario, que provocó altas tasas de inflación, disminución del poder adquisitivo, ralentización de la ya decaída economía y más escasez y hambre. Adicionalmente, hizo temer por un retorno a la hiperinflación.

Se presume que el retorno de la petrolera, por lo menos contribuirá a estabilizar el signo monetario.

Chevron, ¿le paga o no le paga al gobierno?

Al igual que en 2023 cuando el primer retorno de Chevron, los expertos dicen que la empresa no pagará impuestos. Y están en lo cierto, a Chevron como accionista de empresas mixtas como por ejemplo Petroboscán y Petropiar, no le corresponde pagar impuestos. Ese es rol de las empresas mixtas, que legalmente deben cancelar el 30 % de la venta en regalías y el ISRL con una tasa de 50 %. El monto de estos desembolsos puede ascender a más de 2.000 millones de dólares al año, que no es poca cosa.

Las condiciones de la negociación para el nuevo retorno no son públicas (“restringidas”), por ahora. Algunos especulan que los pagos al estado se harán en petróleo, o en diluentes, tan necesarios para la explotación de la Faja. La verdad es que eso podría hacer alguna diferencia con el pago en dólares, debido a los descuentos en venta de hidrocarburos de Venezuela, por efecto de las sanciones. Pero debe quedar fuera de toda discusión, que los hidrocarburos extraídos por Chevron, sí generarán recursos financieros al estado, y claro, algunas consecuencias sociales y económicas.

Desenfoque

El nuevo retorno de Chevron estabiliza y aumenta la producción de petróleo en Venezuela, aunque de ninguna manera significa un repunte serio hacia los niveles que requiere el país, en línea con sus potencialidades. Aspecto que no sucedería ni siquiera con el retorno de Eni y Repsol y otras que podrían estar en la impredecible agenda de Trump.

Algunos analistas fantasean que con el retorno de Chevron, se incrementarán las probabilidades de que la producción venezolana llegue hasta millón y medio de barriles a fin de año, y luego a dos. Les pregunto a ellos cómo lograrán esa meta sin taladros, en Venezuela hay si acaso dos o tres. Cuando Pdvsa producía unos tres millones de barriles, había más de cien taladros.

La verdad es que la producción de Venezuela ni siquiera ha llegado – según las cifras secundarias de la OPEP, que sí sabe de petróleo porque es su especialidad – al millón de barriles. Para llegar a millón y medio a fin de año, deberían generar en el mejor de los casos, 100.000 barriles mensuales, lo que en estas condiciones se podría catalogar de milagro petrolero.

De todas formas, el millón de barriles no debe – ni de lejos- ser el enfoque de la discusión petrolera en Venezuela. Ni siquiera la presencia o no de Chevron en el país. Eso equivaldría a imitar a los intelectuales de Bizancio discutiendo acerca del sexo de los ángeles, o del tamaño de los pelos del pubis, mientras los otomanos tumbaban los muros de Constantinopla.

Hay que enfocarse en lo fundamental: ¿Qué debemos hacer los venezolanos para desarrollar una industria petrolera de nivel mundial que sirva de pivote y catalizador al desarrollo de nuestro país? Dicho en otras palabras, ¿qué debemos hacer para dejar de ser un limosnero sentado en un barril?

La fórmula

-¿Qué necesitamos?... Una industria petrolera que produzca tres o cuatro millones de barriles por día y genere divisas para el desarrollo del país; con unas refinerías que manufacturen más de un millón de barriles por día, garanticen la seguridad energética de los venezolanos y estén interconectadas con Citgo, a la que es imprescindible retener; que triplique la producción de gas, lo industrialice, y exporte gas licuado a cualquier parte del mundo, y que además facilite el desarrollo de una petroquímica de primera.

-¿Hay condiciones?... sí, un horizonte del negocio petrolero de más de treinta años, gigantescas reservas de petróleo y gas. Si produjéramos cuatro millones de barriles de petróleo durante 20 años, gastaríamos menos de 30.000 millones de barriles, y tenemos mucho, pero muchísimo más.

No hay excusa para no convertirnos en una potencia petrolera generadora de dividendos que sean utilizados para ayudar a transformar a Venezuela en el país que nos merecemos.

Ya está bueno de ser el país de las oportunidades perdidas.

-¿Cómo?...  Un nuevo modelo de país que garantice seguridad a los inversionistas. Se requieren entre 15 y 20.000 millones de dólares al año durante, por lo menos, diez años.  Si los inversionistas no sienten seguridad para sus inversiones, se van para Guyana, Brasil, Argentina o vaya usted a saber. Así de simple.

La Seguridad se origina en respeto, imagen gubernamental, separación de poderes, percepción de respeto…democracia. Y en una moderna Ley Orgánica de Hidrocarburos (LOH) que contemple Agencias de Energía, Rondas de Licitación de paquetes de energía pre seleccionados con flexibilidad en las condiciones fiscales, y un Estado que diseñe la política petrolera y regule y oriente el negocio, integrado fundamentalmente por muchas empresas privadas y mixtas.

¿Muy difícil?... O lo hacemos o seguiremos discutiendo que Chevron sí, que Chevron no, que si un millón y un poquito más o un poquito menos. O imitando a las repúblicas aéreas que denunció el Libertador, ofreciendo sin bases técnicas elevar la producción hacia millón y medio de barriles.

Hay que enfocarse en lo importante. Con Chevron o sin Chevron, es imperativo ampliar la mirada y plantear el desarrollo de la industria petrolera primer motor para el despegue de Venezuela.

Recibimos un Kuwait (con todos los defectos), ¿qué le vamos a entregar a las nuevas generaciones?


agosto 02, 2025 / Petróleo sin Reservas