Este viernes Georgia y Pensilvania, dos estados donde horas atrás lideraba Donald Trump, ahora Joe Biden tomó la delantera, en un dramático giro en la carrera presidencial.
Si el demócrata gana en estos dos estados su lugar en la Casa Blanca está asegurado.
Solo una eventual victoria de Biden en Georgia le daría 16 votos en el Colegio Electoral, dejándolo a tan solo un voto de la tan ansiada mayoría de 270 electores.
"Si cuentan los votos legales, yo gano fácilmente, y si cuentan los votos ilegales, van a tratar de robarnos la elección", enfatizó ayer el mandatario en una conferencia de prensa y prometió "mucho litigio" en la Justicia.
Además de apuntarle a los medios de comunicación y a los encuestadores, el candidato republicano sostuvo contra los demócratas: "Decían que iba a haber una gran ola azul -en alusión a la campaña de Biden- y lo que hubo es una gran ola roja".
Aseguró que su objetivo es "defender la integridad de las elecciones" a la vez que cargó contra la "corrupta máquina demócrata" en Michigan y Pensilvania y anticipó una gran ofensiva legal aunque ya perdió dos de sus reclamos.