Destituido Castillo al intentar golpe al Congreso

Perú amaneció este jueves en un clima de incertidumbre tras el breve golpe de Estado que llevo a cabo Pedro Castillo y que terminó con su detención y encierro. La presidencia pasa a manos de su vicepresidenta y sucesora, Dina Boluarte, a cargo de un país que sufre desde años en una profunda crisis institucional, tal como lo comenta el diario Clarín, de Buenos Aires.

El diario La República de Lima deslizaba en la mañana de este jueves, que "mientras se asienta el nuevo gobierno y se conoce la conformación de su gabinete, queda la incertidumbre sobre la postura que desarrollará la nueva mandataria en varios puntos que resultan trascendentes para la gobernabilidad".

Desde 2016 se han sucedido en Perú seis presidentes  de la República y tres Parlamentos. Los desafíos, según el diario peruano en su editorial del día, son el retorno de la política en reemplazo de la negociación bajo la mesa, una reforma política desde el Ejecutivo para evitar la inestabilidad permanente, y una agenda mínima para el consenso y la respuesta a las demandas del país que busca transparencia y preocupación por el bien común.

En medio de la incertidumbre, Boluarte pidió por ahora una tregua a la oposición para superar el terremoto de las últimas horas.

Formar gabinete y sobrevivir

Abogada de 60 años, la presidenta Boluarte debe conformar su primer gabinete ministerial, lo que permitirá tomar el pulso a la orientación de su gobierno y vislumbrar sus posibilidades de sobrevivir a la tormenta política que la acecha desde el parlamento en manos de la oposición.

Tras una sucesión de anuncios que en pocas horas sacudieron la institucionalidad de Perú, Boluarte fue juramentada como la primera mujer presidenta del país y dejó claro que aspira a cumplir todo el período, hasta julio de 2026.

Sus decisiones iniciales serán cruciales para saber si alcanzará ese objetivo, o si deberá resignarse a dar un paso al costado y pedir elecciones generales anticipadas.

En sus primeras palabras como jefa del gobierno peruano, llamó a la "unidad nacionaly exhortó a dejar de lado las ideologías, en tácita alusión al enfrentamiento que marcó a fuego la relación entre el gobierno izquierdista de Castillo y el Congreso, dominado por la oposición.