Dilema: Estudiar o no en los Estados Unidos

Claudia P. Moreno-Diaz / cmoreno@morenodiazlaw.com

 

Entre 2016 y 2017 la aplicación de estudiantes extranjeros en Universidades americanas se redujo en un 4 por ciento, mientras que las inscripciones para graduados en el área de las ciencias e ingeniería se redujo en un 6 por ciento. Se estima que con las nuevas políticas, este número siga en ascenso ya que muchos estudiantes preferirán estudiar fuera de los Estados Unidos y no terminar en un proceso de deportación por querer obtener un empleo después de graduarse.

El efecto de estas medidas migratorias se verá reflejado muy pronto en la reducción de la creación de nuevas empresa de tecnología y en la emigración de talentos a otros países donde las grandes ideas se puedan desarrollar. El acceso para el americano promedio a universidades es muy limitado por los costos de estudios, y los préstamos estudiantiles. Los estudiantes internacionales que en el futuro será grandes emprendedores y creadores de empresa y empleo llegan en su mayoría con sus estudios pagados y sin recibir ayuda del Gobierno Americano. La falta de interés por parte de extranjeros talentosos de estudiar en los Estados Unidos tendrá un efecto negativo para las universidades privadas y paras las empresas que requieran de innovación y tecnología para elevar el nivel de desarrollo del país.

Todos estos cambios administrativos han generado una mayor demora en los procesos migratorios. Cada solicitud de evidencia adicional y explicación de negación de casos, duplica, sino más, el trabajo de los Oficiales encargados de adjudicar aplicaciones, resultando en demoras innecesarias para el Gobierno, mayores gastos administrativos y una reducción en la aplicación de una categoría de visa que fue creada para darle oportunidad a los extranjeros profesionales de desarrollar sus habilidades en los Estados Unidos y ayudar con el progresos del país. Como abogada de inmigración, he visto como la mayoría de estos profesionales a través de los años se convierten en importantes emprendedores y generadores de empleo para americanos nativos.

Todos estos cambios abruptos han tenido un efecto adverso en el intercambio de información que durante años ha existido entre agencias de Inmigración y organizaciones privadas que promueven la inmigración legal y protegen los derechos de los inmigrantes en los Estados Unidos. Las relaciones cordiales y de intercambio de información se han visto limitadas, ya que los cambios del muro intangible suceden de forma repentina. Proveer información que puede cambiar en un par de semanas puede resultar inconveniente y contradictoria para inmigración. El mismo cambio repentino en la forma de adjudicación y estudio de casos que experimentamos los abogados que practicamos inmigración, las empresas que desean contratar extranjeros y los inmigrantes, son los mismos cambios que experimentan los oficiales y jueces de inmigración que ahora tienen que analizar cada caso de forma diferente a como le venían haciendo por décadas, cambiar su interpretación en la adjudicación y emitir decisiones negativas en casos que, posiblemente hace dos años, hubieran resultado en una aprobación inmediata sin siquiera una solicitud de evidencia adicional. El muro intangible nos afecta a todos, es una nueva era de inmigración, donde nos tenemos que adaptar y educar día a día sobre la forma más adecuada de preparar peticiones de inmigración, de decidir si un caso procede o no y asegurándonos que un proceso de petición de trabajo no termine en una deportación de los Estados Unidos.