USA en la encrucijada

Luis Eduardo Martínez Hidalgo / rectorunitec@gmail.com

El pasado diciembre fue un buen mes para Trump. La economía continuaba siendo su mayor fortaleza y hasta CNN lo reconocía tras una encuesta que mostraba la satisfacción por su desempeño del 76 % de los americanos mientras que otro sondeo, el de FiveThirtyEight, presentaba al Presidente en el tope de su popularidad a pesar de la decisión de la Cámara de Representantes de someterle a un juicio político, con miras a destitución, tras acusarlo de abuso de poder y obstrucción al Congreso por pedir a Ucrania investigar a su posible rival electoral, Joe Biden, y bloquear esfuerzos de legisladores para constatar sus acciones. 

Mientras tanto en China se conocían los primeros casos de neumonía detectados en Wuhan asociados a un virus hasta ese momento desconocido: el COVID19 hacía su aparición.

Hoy el coronavirus ha cambiado las suertes.

El manejo irresponsable de la pandemia, junto a casi cinco millones de contagiados –medio millón de ellos en Florida- y más de ciento cincuenta mil muertos, ha provocado la mayor caída de la economía estadounidense en toda su historia, superior a la experimentada durante la gran depresión. Según datos del Departamento de Comercio la tasa real anualizada del desplome es de 32,9 %.  Con la economía se derrumban las posibilidades de reelección de Trump cuyo afán por confrontar y dividir a los americanos lo alejan aún más de un segundo mandato.

Según datos del Departamento de Comercio la tasa real anualizada del desplome es de 32,9 %.  Con la economía se derrumban las posibilidades de reelección de Trump cuyo afán por confrontar y dividir a los americanos lo alejan aún más de un segundo mandato.

Las presiones presidenciales por re-arrancar la economía de poco han servido. Bordeando en ocasiones la ley, vociferando contra gobiernos locales que están más cerca de la gente, marchando y contramarchando, elevando la temperatura de los enfrentamientos raciales y ensañado contra los inmigrantes, el inquilino de la Casa Blanca no termina de entender que una crisis de tal magnitud como la que ahora atraviesa los Estados Unidos solo se resolverá en el marco de grandes alianzas y entendimientos incluido un acuerdo bipartidista que permita implementar un plan de recuperación de largo plazo que sea posible y sostenible. Lamentablemente su carácter no le ayuda o quizás sea como su propia sobrina afirma en Too Much and Never Enough: How My Family Created the World's Most Dangerous Man: “mi tío estaba destinado a convertirse en un hombre completamente incapaz de liderar este país”.

Las aplicaciones del seguro de desempleo no han bajado por meses de 1.4 millones semanales y la suma de estas ya pasan de 50 millones. La demanda en la  industria del esparcimiento y el transporte, de los principales activadores de la economía americana, no llega a un tercio de lo que fue el año pasado, gigantes como Exxon Mobil Corp. y Chevron Corp. presentaron días atrás los peores resultados trimestrales en décadas y a la par anunciaron la posposición de grandes proyectos de inversión previstos inicialmente para el 2020.

Consulto telefónicamente a uno de mis profesores en la Escuela de Negocios de UM si el alza en los mercados pudiera anticipar un rápido repunte de la economía. Tajantemente me dice que no, que solo están reaccionado a la inyección gubernamental de dinero inorgánico que más temprano que tarde terminará y entonces el desplome será mayor. Se estima que las ayudas que personas y negocios han recibido alcanza unos  US $2.4 trillones que puede llegar si se aprueba lo que ahora se solicita a US $ 4 trillones que es “más que los gastos de defensa, social security y educación combinados y también representa más que el PIB de países como Italia,  Brasil y Canadá” explica por mail un colega docente universitario agregando que “este dinero ha sido creado de la nada y se añade como deuda al ya deficitario presupuesto 2020. Esto se pagará con impuestos más altos en el futuro” e inflación agrego yo y ojalá que no hiperinflación que de eso sé bastante.

Las próximas semanas son decisivas y el 3 de Noviembre es una encrucijada para, más que nunca antes, definir el futuro de los Estados Unidos que en buena medida es el futuro del planeta.