Carlos Roa / carlosroa1@gmail.com
Se esperaba que 20 millones de dosis de las vacunas Pfizer y Moderna estuvieran en los brazos de las personas a finales de 2020, pero para esa fecha, solo 4,5 millones de personas habían recibido la primera de las dos dosis de la vacuna.
Sí, el paliativo para la pandemia que atravesamos existe y se está fabricando; pero ¿cómo llega hasta quienes lo necesitan? ¿Cuáles son los obstáculos a vencer en el camino entre el fabricante y la persona que debe recibir ambas dosis?
El doctor William Schaffner es profesor de medicina preventiva en el Departamento de Política de Salud, así como profesor de medicina en la División de Enfermedades Infecciosas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee.
Asegura que Estados Unidos presenta problemas a nivel nacional y local. “Hay incertidumbres respecto al envío; no se sabe cuándo van a llegar, a veces llegan tarde, otras con menos dosis de lo esperado y algunas más son enviadas al lugar equivocado”.
A nivel local, relata que la vacuna ha sido distribuida, pero uno de los desafíos más grandes ha sido el producto de Pfizer, que debe estar refrigerado a temperatura muy baja.
En cuanto a la vacuna de Moderna, revela que “Se está usando para hogares de ancianos y hospitales comunitarios; pero todo esto toma tiempo. Esto es más difícil que una vacuna tradicional de gripe, lo que hace más lenta la distribución”.
Por su parte Robert M. Wachter, presidente del Departamento de Medicina, la Cátedra Dotada Lynne y Marc Benioff en Medicina Hospitalaria de la facultad de la Universidad de California, San Francisco, sentencia: “Lo único que hemos hecho bien respecto al COVID-19 ha sido descubrir la vacuna”. Y agrega que “Si le hubiéramos puesto atención al plan de pruebas, hubiéramos entendido que esto iba a ir mal”.
Amplía diciendo que “No hubo un plan nacional, cada estado lo hizo por su cuenta. Se dio responsabilidad a instituciones locales que no sabían bien lo que estaban haciendo”.
Hay muchos esfuerzos para ver qué grupos van a obtener primero la vacuna y cuándo. Al respecto, aconseja: “Se debe dar prioridad a quienes están sufriendo más”. Pero no es fácil.
“Se puede decir que los latinos deberían primero, o quienes trabajan con alimentos.
Pero, ¿cómo se va a dar cuenta Walgreens si trabajas en una escuela o tienes una condición de salud preexistente?”
En cuanto a que se hayan desperdiciado dosis por los problemas de distribución, no cree que eso sea la parte más grande. “Hemos distribuido el 84% de nuestras vacunas, unas 18 mil dosis, de las cuales hemos inyectado unas 15 mil”.
Comunidades difíciles de servir
El doctor Schaffner detalla que hicieron una encuesta entre proveedores de servicios de salud y sus empleados. “Encontramos gente muy escéptica ante la vacuna. Hicimos un esfuerzo para educar. Se están involucrando, pero no estamos satisfechos”.
Añade que las mujeres jóvenes tienen preocupaciones sembradas por internet. “Tenemos nuestra unidad maternal y fetal diciendo a esas mujeres que pueden recibir su vacuna de manera segura y efectiva”.
Al doctor Wachter le inquieta la incapacidad de poner la vacuna a toda la gente, ante una demanda masiva. “Hay lugares que tendrán demasiadas vacunas y gente que no va a quererlas”.
Revela que el gobierno de Ohio ha dicho que el 60% de la gente que trabaja en lugares para ancianos no quiere la vacuna, y allí es donde está muriendo gente.
Aclara que “Nadie está abogando por una vacuna de una sola dosis. Los estudios dicen que se deben suministrar dos”.
El período entre las dos dosis es de tres semanas para la de Pfizer y cuatro para la de Moderna. Pero la segunda dosis no se está entregando como debe ser.
El profesional de la medicina detalla que “La primera dosis ofrece 50% de protección a partir de los diez días de haber sido suministrada; la segunda eleva la protección hasta 80 o 90%. Pero esperando la segunda dosis comienza a reducirse la inmunidad”.
El vocero no cree que la gente olvide regresar por la segunda dosis. “No importa que la gente tenga la segunda dosis un poco tarde; pero es importante entender que solamente una dosis no está bien”. También aconseja que es mejor esperar un poco para dar la segunda dosis, a fin de que más gente reciba la primera.
Aprendiendo sobre la vacuna
El doctor Schaffner confirma que un estudio de la gente de Moderna indicó que una buena cantidad de la gente que ya había recibido la primera dosis ya no tenía capacidad de contagiar a terceros. “Pero se trata de estudios preliminares y sabemos que muchos aún conservan la capacidad de transmitir el virus”.
Y reflexiona: “Hasta que no tengamos todos los datos y los podamos estudiar, la recomendación es seguir usando la máscara y la distancia física, incluso tras aplicarse la segunda vacuna”.
El científico justifica que las recomendaciones se modifiquen permanentemente: “Es normal, ya que los nuevos conocimientos las van cambiando”.
Las últimas cifras que manejaba el doctor Wachter apuntaban a un promedio nacional de 32% de vacunas distribuidas. “En el sur de California hay muchos casos, las entidades con las que contábamos para campañas de vacunación están cuidando enfermos, haciendo dos cosas a la vez, muy ocupados”. Asevera que hay que hacer las dos cosas a la vez, contratar gente, ser creativos. “Pensábamos que el problema iba a ser el último tramo, no la distribución”.
Se buscarán a dentistas, estudiantes de medicina, enfermeras, para que vacunen. Es todo un sistema y logística no es solamente la vacuna en sí.
Paralelamente, el doctor Schaffner revela que los resultados en Tennessee han sido positivos por la organización de las instituciones. “Sin embargo, hubo problemas con el personal que trabajaba en hogares para gente mayor, quienes eran reacios a recibir la vacuna”.
Adelanta que probablemente lo mismo suceda en zonas rurales. “No usan máscara y se resisten a las vacunas. Tendremos problemas para persuadirlos, habrá mucho trabajo por delante”.
Consultado sobre la confiabilidad de na vacuna que se desarrolló en tan poco tiempo, el médico explica: “Las vacunas en sí fueron hechas rápido, pero el proceso no. Eso venía en desarrollo desde hace tiempo. Estamos en el siglo XXI, teníamos la tecnología esperando a que apareciera el problema”.
Detalla que el gobierno puso muchos fondos para eso, hubo gente trabajando día y noche, hubo procesos que, en lugar de hacerse en secuencia, se hicieron de forma paralela. “Se comenzaron a fabricar las vacunas antes de finalizar las pruebas. Fue un riesgo, pero todo salió bien. Las vacunas fueron revisadas a fondo por la FDA”.
Vacunas y nueva administración
Sobre el inicio del mandato del presidente Joe Biden, el doctor Schaffner recomienda: “Hay que proveer comunicación clara y sostenida. Debe haber una política federal, nacional, para que haya mayor consistencia. Hacer las cosas estado por estado es una locura. Hay que asegurarse de que la vacuna esté ahí cuando se necesita. Debemos reforzar la idea de que estamos haciendo esto juntos”.
el doctor Wachter por su parte, estima que “El liderazgo va a ser importante y la nueva administración ya ha designado a muchos de sus líderes. Son buenos comunicadores, son inteligentes, entienden la situación. Habrá conferencias de prensa y fondos disponibles. Ya pasaron reglamentos sobre el asunto”.
Dice que va a ser un sistema complejo. “Hay que pensar cómo se puede hacer para que no haya gente que pretenda saltarse la línea. Si todos llaman al mismo número o se meten en el mismo sitio web, todo va a colapsar”.
¿Cómo se puede hacer de una manera transparente, segura y justa? “Son temas éticos muy complejos. Se está hablando la posibilidad de una especie de lotería; pero vamos a ver”.