Poco antes de las doce del mediodía, en un clima de ansiedad nacional único, con un despliegue de seguridad sin precedentes en Washington, a sus 78 años, Biden al fin ha prestado juramento, nos relata la periodista Beatriz Navarro, corresponsal del diario La Vanguardia en Washington.
Biden ha cumplido el rito con la mano izquierda posada sobre una gruesa Biblia de 127 años de antigüedad, propiedad de su familia que es testigo de la dilatada carrera política del demócrata. Es el libro sobre el que ha jurado todos los cargos oficiales que ejercido desde que fue elegido senador por primera vez en 1973 a vicepresidente, en el 2009, cargo que desempeñó durante ocho años al lado de Barack Obama, con quien formaron uno de los tándems presidenciales más eficaces de la historia de EE.UU.
Instantes antes que Biden, la californiana Kamala Harris, de 56 años, ha hecho historia al convertirse en vicepresidenta de EE.UU. Es la primera mujer que llega a este cargo, negra además y de ascendencia india, rasgos que explican el entusiasmo que su elección ha generado en muchas comunidades del país, cada vez más diverso y mestizo. Harris, que se considera a sí misma una “hija del optimismo”, ha jurado el cargo sobre dos Biblias. Una perteneció al juez negro Thurgood Marshall y la otra a Regina Shelton, a quien se refiere como su segunda madre. Harris ha prestado juramento ante la juez Sonia Sotomayor, la primera hispana en el Tribunal Supremo.
"Celebramos el triunfo de una causa, la causa de la democracia. Es frágil, preciosa. La democracia ha prevalecido". Joe Biden.
"Este es un día de historia y de esperanza", ha dicho Biden en su discurso inaugural, consagrado a su propósito de unir al país. "Celebramos el triunfo de una causa, la causa de la democracia. Es frágil, preciosa. La democracia ha prevalecido". Este, ha proseguido Biden, consciente de las dramáticas circunstancias en que toma las riendas del país, “es un momento de crisis y de desafíos". "La unidad es el camino adelante. Y debemos estar a altura como los Estados Unidos de América. Si hacemos eso, os garantizo que no podemos fallar", ha recalcado Biden, inyectando esperanza a su mensaje.
Rígidas medidas de seguridad en las cercanías del acto.
El nuevo presidente hereda un país aún más dividido que el que hace cuatro años recibió a Donald Trump, el gran ausente en la ceremonia de hoy. Combatir las mentiras, ha defendido Biden, es el primer paso para "sanar las heridas". "Existe la verdad y existen las mentiras, las mentiras que se dicen por afán de poder y para sacar provecho... Todos nosotros tenemos la responsabilidad y el deber de defender la verdad y vencer las metiras", ha reclamado Biden.
El discurso ha tenido lugar en el mismo escenario donde hace solo dos semanas miles de simpatizantes del ya expresidente Trump se agolparon para asaltar al Capitolio convencidos de que él fue el legítimo ganador de las elecciones. Entre el público, estaban varios líderes republicanos que han señalado a Trump como responsable del ataque, como el senador Mitch McConnell, pero también algunos de los políticos que han difundido las mentiras del presidente, como el senador Ted Cruz.
Amante de la literatura y los símbolos, Biden es una persona muy meticulosa que ha trabajado durante meses en su discurso inaugural, titulado “Unir a América”. A continuación del presidente ha tomado la palabra la joven poetisa negra Amanda Gorman, de 22 años, que ha dejado al auditorio y al país sin respiración con su potente composición, inspirada en el asalto al Capitolio, coronada por la interpretación de 'Amazing Grace' por el cantante de country Garth Brooks. Políticos aparte, la estrella incontestable de la jornada ha sido Lady Gaga, responsable de cantar el himno nacional al comienzo del acto, al que ha llegado vestida con una despampanante falda fucsia y ayudada por un oficial para no caerse. Agarrada a un micrófono dorado y ante los ojos de incredulidad de los jóvenes presentes en la ceremonia,