Mi amigo “el enano”


Un selfie de Eva Gutiérrez con Armando Manzanero

Un selfie de Eva Gutiérrez con Armando Manzanero

 

Eva Gutiérrez / gutierrezpeva@gmail.com

Así le decía yo a Manzanero y él me llamaba *la pinche negra*.  

Era el año 1976 cuando Julio Cesar Cova (Covita), mi primer esposo y empresario artístico, llevó a Venezuela a Don Armando Manzanero. Estábamos recién casados y yo lo ayudaba con la organización de la gira que teníamos que hacer, por varias ciudades del país.

Cuando todo estaba listo: pasajes, hoteles, promoción y publicidad, los pilotos de Viasa, Avensa  y Aeropostal se pusieron en huelga. Fue durante el Gobierno de Carlos Andrés Pérez. 

¿Qué hacemos? Todo estaba listo y pagado. Manzanero venía a Venezuela a una gran gira. Pues, decidimos que la gira se hacía..! Y la hicimos por tierra.  

Teníamos un Ford LTD y alquilamos una van grande. 

Viajamos con Armando, Cristina, su esposa del momento, su hijo Juan Pablo que tendría unos 6 años aproximadamente, mi hermano Santiago, Covita y yo en el LTD. En la van viajaba el grupo de músicos y las hermanas Collazo del coro, con los equipos y las maletas. 

Primero fue Maracaibo. Largas horas de trayectoria, escuchando sus historias y mostrándole el país. Allí llegamos al Hotel Intercontinental del Lago, cansados, a montar escenario. Primer concierto: vendimos todas las entradas, éxito total! 

Luego teníamos presentación en Barquisimeto, Valencia (Hotel Intercontinental), Puerto La Cruz, Margarita en el Hotel Puerto Esmeralda, Puerto Ordaz en el Inter igual y de nuevo a Caracas, en la Boite del Tamanaco.

Recuerdo que en Puerto La Cruz, Daniel Camejo nos invitó a pasear en su fabuloso velero de madera hasta Mochima! Que día tan bello! 

En esa gira fuimos a grabar un programa en Radio Caracas TV. Amanda me lo recuerda, porque mientras esperábamos para grabar, yo me puse a cantar con él en el piano... que lujo! 

Otra de las anécdotas es que mis hermanas las gemelas cumplían años (era el mes de mayo). Y el regalo que les dimos fue llevarles a Manzanero a su casa para que les cantara... ellas lo recuerdan con alegría, pues siempre han sido sus fanáticas. Creo que todavía guardan sus discos de acetato. 

En su última visita a Caracas, creo que fue hace dos o tres años, fui a saludarlo al Tamanaco. Recordamos con risas ese viaje un poco accidentado por lo largo del recorrido y me invitó a su concierto, que disfruté junto a su actual esposa, con mucho cariño y bellos recuerdos. 

Manzanero nos contaba de su vida, sus matrimonios (lejos de Cris, por supuesto), de a quienes le había compuesto sus canciones... de que “cuando íbamos a visitarlo”... un ser sencillo, humilde, simpático, con un gran sentido del humor... hasta le compuso a mi hermano una canción para las chicas del coro... deja un hermoso y gran legado para todos los enamorados del mundo.