Frente a Covid19: ¿Máscara o pantalla?

A medida que la pandemia del covid19 es asumida como una tragedia de rutina, las diversas opciones de protección van evolucionando. Así vemos como comienza a ser normal ver personas, en todo el mundo, que utilizan una pantalla de plástico transparente para proteger el rostro, protector que era más común en el personal de salud.

Esta tendencia es reforzada ante los anuncios de la inminente nueva oleada del covid19. Aparentemente, estos escudos protectores se ven más cómodos que las mascarillas porque al no estar en contacto directo con la nariz y la boca se hace más fácil respirar, hablar, producen menos calor y cubren un área mayor de la cara.

El doctor Eli Perencevich, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Iowa, y otros dos investigadores señalan que “son cómodas de usar, protegen los portales de entrada del virus y reducen la potencial autoinoculación, ya que evitan que el usuario se toque la cara".

A diferencia de los tapabocas no hace falta quitárselas para facilitar la comunicación, pueden reutilizase indefinidamente si no están averiadas, y limpiase fácilmente con agua y jabón o desinfectantes comunes, señala el artículo.

https://medicine.uiowa.edu/internalmedicine/profile/eli-perencevich

Sin inclinarse por uno u otro método de protección consideran que puede ser un elemento más en una estrategia de contención del coronavirus que incluya el lavado de manos, la distancia social y el rastreo de contactos.

Protección más amplia

Según un estudio de simulación de tos realizado en 2014, las pantallas plásticas pueden reducir la exposición total a las gotas expulsadas por la tos y los aerosoles (las gotas diminutas) en un 96% a una distancia de 46 cm.

Con aerosoles más pequeños, el protector fue menos efectivo, bloqueando al 68% inmediatamente después de la exposición a la tos, y solo al 23% en la media hora siguientes, ya que estos aerosoles más pequeños pueden quedar flotando bajo el visor, en la zona donde se produce la inhalación.

En opinión de Julian Tang, profesor del departamento de Ciencias Respiratorias de la Universidad de Leicester, en Reino Unido, las pantallas faciales son por lo general bastante efectivas, pero reconoce que compararlas con las mascarillas quirúrgicas es difícil, y que los estudios que se han hecho hasta el momento solo lo han logrado de forma limitada.

Lo más importante a tener en cuenta es "cuán lejos el protector se curva para cubrir las orejas (si queda un espacio los aerosoles podrían entrar por esa vía y provocar una infección) y qué tanto se extiende por debajo (para protegernos de los aerosoles flotantes que podemos inhalar bajo el protector)", le dice Tang a BBC Mundo.

Otro factor a tener en cuenta es que no quede un hueco en la parte superior, donde el visor se apoya sobre la frente, para reducir el riesgo de exposición a las gotas o aerosoles que pueden caer desde arriba.

Sin embargo, no todos los expertos coinciden en que las pantallas sean una buena opción, aunque aceptan que cuando el uso de mascarilla no es viable —ya sea porque afecta demasiado la comunicación o por la razón que fuere— siempre es mejor utilizarla que ir con el rostro descubierto.

Aaron Glatt, director del departamento de medicina del hospital Mount Sinai South Nassau, en Estados Unidos, cree que el beneficio de las pantallas varían según quién las use.

"Recomendamos su uso en el caso de un trabajador sanitario, por ejemplo, que debe entrar en la habitación de un paciente que tiene o se sospecha que tiene covid-19 y no lleva mascarilla", le dice a BBC Mundo.

"En ese caso, el potencial de que el paciente expulse partículas de virus es grande y es importante proteger los ojos del trabajador sanitario con gafas o con una pantalla facial, por encima de la mascarilla".

"Pero en un contexto comunitario, recomendamos la mascarilla (y no la pantalla), porque es más efectiva evitando que el virus se extienda a las zonas circundantes. Si la persona que usa el tapabocas está expulsando virus, las gotas quedarán atrapadas por la mascarilla".