Miami International Fine Arts (MIFA) abrió al público, este jueves 9 de noviembre, 4 áreas expositivas en las que el común denominador es la defensa del ambiente, en las que los artistas salen en defensa de bosques, animales y flores que desaparecen a diario devorados por la explotación irracional en nombre de la civilización.
Vero Murphy, Fernanda Froes, Verónica Riedel y Bella Cardim nos recuerdan que la selva existe, que los animales, los insectos y las mariposas merecen vivir, y lo hacen con ingenio, con pasión, colores, sonidos y trazos que logran atrapar al espectador y reencontrase con la naturaleza.
Vero Murphy
In search of a land without evil
Con la curaduría de Adriana Herrera y Willy Castellanos.
El argentino Vera Murphy desarrolla un lenguaje muy subjetivo que intenta expresar, desde la espesura de la memoria colectiva atada a la geografía humana y cultural, un recorrido vital que reclama reconocimiento, que espera respuestas. Propone una “Tierra sin mal” pero lo pronuncia en guaraní (Yvy-mará-ey) y lo dibuja en el lienzo con manchas de yerba mate, con reflejos dorados. Como dicen los curadores: “Al explorar los espectros físicos y simbólicos de los materiales de origen botánico y mineral, Murphy es capaz de establecer vastos espacios de encuentro en sus pinturas cargadas de vestigios.”
Sin dudas, los trazos de su lienzo nos vinculan de inmediato al origen, a lo natural, al olor de la selva y el canto de las aves.
Verónica Riedel
Isabella’s Dream
Verónica Riedel propone zambullirnos en un espacio de sonidos e imágenes de la selva que logra desconectar al espectador, por momentos, de su azarosa vida cotidiana. Su lienzo en un salón en el que sólo se escucha el canto de los pájaros, el crujir de las hojas secas y una niña que corre sin miedo entre la jungla.
Fernanda Froes
No one is an island
Curada por Adriana Herrera
“La obra de Fernanda Froes despliega una mirada transversal que se desplaza de la naturaleza a otra en diversas series en busca de una clave que trace la conexión primordial entre los seres vivos.” Nos dice Adriana Herrera, curadora de esta muestra.
Se refiere al intento de Fernanda Froes por llamar la atención ante la extinción del palo de Brasil (Ibirapitanga) y nos muestra imágenes de la jungla devastada, salvadas de la extinción con sus colores índigo y azules extraídos de las selvas de Asia, África y América del Sur. El espectador imagina manglares, bejucos, lianas, insectos, rescatados de la vorágine del progreso mecánico de nuestro tiempo.
Bella Cardim
No one is an island
Curada por Adriana Herrera
La obra de Cardim logra conectar la vida íntima y el arte, en esa secuencia profundamente reveladora, precisamente porque "nadie es una isla". La artista expone, a partir de su propia historia, una de las dicotomías más disociadas de la vida contemporánea: la escisión entre los ideales de belleza -perpetuados por la fusión de los medios de comunicación de masas y la incitación al consumo- y la realidad de los cuerpos constreñidos por parámetros del consumismo.
“Bella Cardim aprovechó sus herramientas artísticas, perfeccionadas a lo largo de los años como fotógrafa profesional, junto con una perspectiva conceptual, para revelar que, sin darnos cuenta, los cuerpos -no solo los que sufren trastornos alimentarios, sino todos los cuerpos- han estado expuestos a una distorsión generalizada de la autoimagen: los modelos estéticos de los cuerpos utópicos que se perpetúan y se refuerzan como socialmente deseables sin que nosotros lo hagamos.” Afirma Adriana Herrera al comentar este trabajo.