“La obra de Eduardo Orozco se erige como una de las indagaciones más rigurosas y sostenidas en la abstracción geométrica latinoamericana. Ha construido un lenguaje visual refinado y coherente en el que el cuadrado emerge como módulo, estructura y principio activo de su exploración pictórica”, señala Ninoska Huerta, curadora, en la presentación de la muestra.
En la apertura: Ninoska Huerta, Eduardo Alonso Orozco y Eduardo Orozco.
24 obras de diversas dimensiones fueron abiertas al público en la espaciosa Sala B de Mifa Gallery, el 4 de octubre, ante un numeroso público que contó con intervenciones de Ninoska Huerta, Eduardo Alonso Orozco y el artista plástico Eduardo Orozco.
Patricia Fuller, Eduardo Orozco, Marcelo Llobel y Jackie González.
-Desde sus inicios, Orozco ha concebido la pintura como un espacio para el pensamiento visual, alejado de la expresión narrativa y emocional, y cimentado en la lógica de las relaciones: color, proporción, ritmo y tensión espacial. En este contexto, el cuadrado más que una forma, es una metodología. Sirve como matriz organizadora, punto de partida para variaciones cromáticas y compositivas, y campo para la indagación perceptiva- leemos en el brochure de la presentación
Teresa Cabello, Elsa Dellgado, Gisela Nones y Eduardo Orozco.
Su práctica se asemeja a la de un compositor musical que trabaja con escalas y estructuras. Orozco construye secuencias, desplazamientos mínimos y cambios modulares que dan lugar a obras serenas pero vibrantes, donde cada decisión es el resultado de un meticuloso proceso analítico, refinado mediante la disciplina y la experiencia. A lo largo de diversas series, el artista ha explorado las posibilidades del color como fenómeno óptico y constructivo, manteniendo siempre una economía de recursos que realza la intensidad perceptiva de cada pieza. La suya es una pintura que invita a la atención y a la pausa, revelando en su aparente simplicidad una compleja red de equilibrio, tensiones internas y sutilezas visuales.
Claudia Richmond, Gloria Comellas y Amelia acompañan a Eduardo Orozco.
Lejos de replicar modelos establecidos, Orozco ha forjado una trayectoria única dentro de las tradiciones geométricas europeas y latinoamericanas. Su obra se resiste al espectáculo y al exceso, ofreciendo en cambio una experiencia intelectual y sensorial que activa la vista, la mente y la estructura en un diálogo sostenido y silencioso.
La muestra fue clausurada el 31 de octubre con un Conversatorio entre Ninoska Huerta, Eduardo Orozco y un invitado especial: Félix Suazo, quienes se refirieron a la vigencia de la abstracción geométrica, desde sus inicios, hasta la solidez alcanzada en el arte contemporáneo. Las motivaciones del artista y el relato detrás de cada obra fueron analizados por Suazo, reconocido experto y promotor del arte moderno.
Félix Suazo, Ninoska Huerta y Orozco, durante el conversatorio de la clausura.
