Loa venezolanos enfrentan una calamidad tras otra: 17 estados no reciben gasolina desde hace días; también falta agua, electricidad, gas, comida y medicinas, y los contagios de coronavirus se disparan. Por eso protestan, para exigir sus derechos básicos; lo que altera aún más a Maduro porque ya no son solo en Caracas donde se registran las manifestaciones.
En el interior salieron a marchar desde el miércoles pasado: en el estado de Yaracuy siete municipios se levantaron y tomaron varias alcaldías; en Puerto Ayacucho, capital de Amazonas, las estaciones de servicio están secas; en el municipio Infante, del estado Guárico, denuncian que hace meses no reciben el producto, y en Nueva Esparta y Bolívar la situación es parecida. Más compleja, de acuerdo con analistas, se torna la escasez en el estado Táchira, fronterizo con Colombia, donde el poco combustible que se consigue es controlado por mafias a precios que están por las nubes.
Esos venezolanos, los de las regiones, suman seie días protestando; salieron a las calles desde el jueves pasado, porque no pueden permanecer hasta doce horas en una fila esperando un poco de gasolina ni pueden recurrir al mercado negro para pagar los precios exorbitantes.
Cuatro mil protestas
Maduro sigue subsidiando la gasolina en medio de la caótica situación; lo hace por físico miedo. Según los historiadores, se cree que tocar ese rubro en el país es como firmar una sentencia de muerte.
Reportan 32 personas fueron detenidas por la Guardia Nacional Bolivariana, según informó la ONG Foro Penal. Por su parte, Marino Alvarado, activista de Provea, aseguró que desde hace dos semanas se han incrementado las protestas “relacionadas principalmente con servicios públicos”.
El régimen depende de la gasolina que envían desde Irán y está previsto que llegue un tanquero la próxima semana. Se trata del tanquero petrolero Forest, que navega por el océano Atlántico.