Vaya tragedia la nuestra

Luis Aparicio / leapariciom@gmail.com

Un amigo me hace llegar la reciente investigación realizada en Venezuela por la reconocida firma encuestadora Datanalisis, resultados que suelen entregarse en octubre, y en la cual pueden constatarse algunos datos que ya son conocidos; los problemas derivados de la economía, los servicios públicos, las instituciones y otros. Sin embargo, llaman la atención unos porcentajes revelan la profundidad de la crisis política, además de la humanitaria pero que es consecuencia de la primera, que existe en el país.

Los números que fueron recogidos son por demás preocupantes o dignos de un profundo análisis, lo que no haremos en estas líneas. Pero veamos; en la evaluación positiva para los líderes figuran los siguientes datos: Hugo Chávez recibe un 61%, Juan Guaidó 25%, Donald Trump (sí, así como lo lee) 15%, María Corina Machado 21%, Leopoldo López 18%, Nicolás Maduro 15%, Henrique Capriles 15% y Henry Falcón con un 7%.

Como pueden apreciar, se destacan tres nombres, dos de los cuales sorprende uno más que otro, pero dejan al desnudo la gran crisis que referíamos anteriormente. No sé si calificarla como tragedia, aunque pienso que es la más acertada de las calificaciones, política por la que atraviesa Venezuela y que solo nos dejan pensar que más allá de salir de Maduro, hay mucho trabajo que hacer desde ahora y que evidentemente no se ha realizado de antes, pese a los evidentes y demostrables esfuerzos.

Un fallecido, que ya no debería figurar, pero que, gracias a esa añoranza por un gran jefe, un individuo que ejerza el poder con mano dura y reprenda a todos hasta hacer que obedezcan ciegamente, recibe un increíble porcentaje de evaluación positiva. Puede que muchos piensen que el tema de mantenerse entre los brazos y las ideas de Hugo Chávez, tienda a confundir a las personas, pero más allá de ello, evaluar de esa manera al responsable de la peor crisis humanitaria que se haya visto en todo el continente americano, deja mucho espacio para pensar, sobre todo a que no ha existido un trabajo efectivo para desmontar al falso mito de que Chávez era diferente y hubiera sido el gran salvador de Venezuela.

El recién derrotado Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, figura como el tercer líder mejor evaluado por buena parte de los venezolanos.

Sin embargo, esta sorpresa no se queda allí. El recién derrotado Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, figura como el tercer líder mejor evaluado por buena parte de los venezolanos. Sobre este caso, solo me resta pensar que la asociación, el parecido, sobre todo en aquello de las falsas ofertas, las mentiras y las agresiones a través del verbo, con Hugo Chávez, le resulten atractivos a los encuestados y lo señalen como uno de sus favoritos. Valdría la pena profundizar mucho mas en esa investigación, pero de antemano me atrevo a pensar que, si eliminan a Trump de la lista, un grueso de esa parte ya sabríamos para donde iría.

Por otra parte, un colega me decía: “Pero fíjate que Guaidó está en un 25%”, cosa que es cierta y deja ver que se encuentra superando las otras opciones diferentes a lo que se parecería al chavismo, en este caso Nicolas Maduro, que tiene y tendrá por mucho tiempo la peor de todas.

Lo que, a mi manera, es importante destacar es que mientras Maduro tendría la tarea de encontrar la fórmula, casi mágica en su caso, para llevarse consigo la suma de la suma de las simpatías hacia Hugo Chávez, la oposición por su parte tendría la agotadora misión, a estas alturas para ellos, de lograr la unidad entre ellos.

Como sea que vengan las cosas, lo destacable en este caso es que Venezuela tiene que superar tragedia tras tragedia, pero la que veo con mayores dificultades para superar es la relacionada con la política, primero porque ya ella viene en franco deterioro desde hace más de veinte años y segundo porque esto va creciendo cada día más con la muestra de estas simpatías que más que ayudarnos a salir de la miseria, nos entroniza mucho más en ella a la vez que mantiene a casi todos fuera de la realidad. Vaya tragedia la nuestra.