Luis Eduardo Martínez / @luisemartinezh
El pasado fin de semana asistí al webinar “El voto venezolano: ¿decisivo en las elecciones de Florida? con Eugenio Martínez, reputado consultor político, como ponente principal.
Participé por lo gentil de la invitación y por lo sugestivo del título. Tenía curiosidad de ver como el talento de Eugenio convertía al 0.4 % de los electores de Florida en “decisivos”. Sí, porque eso somos, de los poco más de doce millones de votantes que están registrados en el estado del sol, los venezolanos con ciudadanía americana habilitados para votar no llegan a cincuenta mil. Por cierto no tienen que empezar a argumentar que hacia donde se incline Florida, swing states que es, se inclinará la nación porque me lo sé de memoria, pero de allí a que los cincuenta mil venezolanos van a funcionar como un bloque, votando todos por el mismo candidato inclinarán la balanza, se aleja bastante de lo que lo que es la praxis electoral.
El propio Eugenio, con un gran profesionalismo, dejó claro que somos una minoría entre las minorías y adicionalmente clavó una puntilla a aquellos que aquí y allá se caen a coba creyendo que Venezuela es la reina en el tablero del ajedrez político estadounidense, cuando si acaso seremos peón, al mostrar que nuestro querido país de origen ni siquiera es determinante entre los venezolanos que votan a la hora de decidir por quien hacerlo porque los testeados en pregunta abierta afirmaron que lo harán: 52% por cuestiones económicas de Estados Unidos, 17% por cuestiones sociales, apenas 15% por la posición sobre Venezuela, 9% por el partido al cual pertenezcan los candidatos, 6% sobre inmigración y 2% algo más. Matemáticamente hablando eso significa que solo unos 7,500 venezolanos-americanos votarían pensando en la suerte de Venezuela lo que no parece mucho en Florida y ni que decir en los Estados Unidos. Quizás por eso Trump ni siquiera mencionó a Venezuela, para ser exactos ni a Latinoamérica, en su discurso de aceptación de la candidatura republicana.
Ya concluyendo, Eugenio mostró como es el hígado lo que priva entre los venezolanos que residen en Florida para opinar sobre la solución a la innegable crisis que azota a nuestros connacionales. Según lo explicado el 86% prefiere la opción militar para remover a los jerarcas del chavismo lo que es muy fácil afirmar encontrándose a salvo en Doral, Brickell o Key Biscayne, sobre todo porque no correrán riesgos ni están expuestos a morir por “daños colaterales”.
Lo cierto es que los que están esperando que los marines desembarquen en Macuto o Chichiriviche como que se quedarán con los crespos hechos porque que el Trump que ha tenido tiempo de ordenarlo si hubiese querido, destacó desde el jardín sur de la Casa Blanca la vuelta a casa de los soldados que se encuentran en el extranjero, antes el Secretario Pompeo en University of Louisvelle señaló "Hemos visto a gente pidiendo un cambio de régimen mediante medios violentos y, desde enero, hemos dicho que todas las opciones están sobre la mesa para ayudar al pueblo venezolano a recuperar la democracia y la prosperidad. Eso es desde luego todavía verdad, pero hemos aprendido de la historia que los riesgos de usar la fuerza militar son significativos” y por si quedasen dudas hace pocas horas James Story, jefe de la diplomacia americana para Venezuela, afirmó –como puede leerse en tweet de Moisés Naim-: “hay quienes solo piensan en el momento mágico de una intervención militar y no sé qué, y esto es muy dañino…..lanzan bombas desde el banquillo o al margen de las cosas, con sus ideas fantásticas” para rematar Abraham ante la petición expresa de María Corina Machado por una fuerza interventora etiquetándola de vivir en un “realismo mágico”.
Nadie en su sano juicio puede querer que Venezuela sea una nueva Siria, Afganistán o incluso Irak. Es cierto que es urgente procurar soluciones pero que sea en paz, rogamos a Dios.