Carlos Roa / carlosroa1@gmail.com
Al comenzar el nuevo año, la inflación ha bajado. Se situó en el 6,5% a lo largo 2022, siguió bajando en el segundo semestre, e incluso cerró el año con un descenso general de los precios del 0,1% en comparación con los datos de noviembre.
El desempleo también se encuentra en niveles históricamente bajos. En diciembre la tasa se situó en3,5 %, por debajo de la expectativa del mercado que preveía un 3,7.
Sin embargo, la amenaza de una recesión todavía se cierne, lo que podría resultar en la pérdida de puestos de trabajo y recortes presupuestarios que afectarían a muchos estadounidenses.
¿Cuánto duraría esta posible recesión? ¿Qué comunidades sufrirían más? ¿Cuáles sectores de la economía se verían más afectados y cuáles resistirían?
Entendiendo la economía actual
La doctora Wendy Edelberg es directora del Proyecto Hamilton e investigadora principal de Estudios Económicos en la Brookings Institution. También fue economista jefe de la Oficina Presupuestaria del Congreso.
Para ella, “Es importante dar un paso hacia atrás y entender factores que están empujando a la economía hacia distintos extremos”.
Explica que estamos gastando como si no hubiese una pandemia, estamos saliendo a la calle. “La economía ha vuelto de una manera buena después del COVID”.
Sin embargo, cree que la participación de la fuerza laboral está aún baja: un millón y medio a dos millones menos de lo que debería ser. “Aparecieron 225 mil nuevo trabajos en diciembre. La media normal es de 75 mil nuevos trabajos al mes”.
Por esto, las compañías tienen que elevar los sueldos y con ello, los precios. “No es el factor principal de la inflación, pero sí es uno de ellos”, reflexiona Edelberg.
En cuanto a brechas raciales de desempleo, señala que han disminuido. “Nunca hemos tenido una economía donde la brecha haya sido cero. Sin embargo, en un mercado laboral fuete, esa brecha se ha achicado”. Recalca que, cuando las tasas de desempleo se elevan, las primeras afectadas son las minorías. “Ni siquiera un mercado laboral fuerte puede resolver estos problemas estructurales”.
Cuando la oferta de trabajo se debilita, los hombres afroamericanos se ven más afectados y sube más su tasa de desempleo. Fue 6% superior durante la pandemia, de acuerdo a la especialista.
Asistencia social como inversión
“Realmente no sabemos si va a haber o no una recesión este año”, dice George Fenton, analista político del Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas. “Las posibilidades están en 50/50, aunque Bloomberg cree que son de 7 a 10. Hay consenso en que, si sucede, sería corta. Sin embargo, no se sabe su profundidad”. Reconoce que hay incertidumbre porque se está saliendo de una crisis histórica. “Se necesitan fundaciones más firmes”.
Detalla que la protección contra el desempleo también desapareció y que el sistema para abordar este asunto no funciona bien.
Lamenta que se le haya puesto fin a una política que considera fue un éxito comprobado durante la pandemia. Se refiere a que, en el 2021 y bajo el Plan de Rescate, se expandió el reembolso por crédito fiscal para niños.
Se otorgó un crédito o reembolso por menor de $3.600, en lugar de los $2.000 habituales. “Esto ayudó a disminuir la pobreza en niños a un nivel histórico, aún en medio de la pandemia no aumentó. Las familias gastaron este dinero en necesidades esenciales, como vivienda, ropa y educación”, acota Fenton.
Sin embargo, detalla que cuando esta política venció a finales de 2021, muchos niños regresaron a niveles de pobreza. “Esto causa sufrimiento en lo inmediato y secuelas de largo plazo, según demuestran investigaciones”.
Tareas pendientes
Para la doctora Rakeen Mabud, economista jefe de Groundwork Collaborative y director gerente de Política e Investigación, “No hemos salido de los problemas”.
Subraya que el gobierno federal ha subido los intereses ocho veces en el último año. “La Reserva Federal admite que la medicina no ha llegado al sistema. Este organismo puede estar empujándonos a una recesión que no necesitamos”.
Mabud advierte que hay herramientas más adecuadas que la FED para lidiar con esto. “Es cruel, inefectivo y va en contra del objetivo de tener una economía resiliente para todos. Solo tienen esa herramienta básica, que aumenta el costo de tomar un préstamo, pero eso desacelera el empleo”.
Advierte que este cuadro va a afectar la demanda, pero la inflación actual no proviene de que haya pocos bienes y demasiada demanda. “El problema es que nuestro sistema no está equipado para satisfacer esa demanda”.
Según ella, “Las amenazas de huelgas de trabajadores de ferrocarriles y los maltratos a los empleados en los puertos, nos hacen entender por qué no hay gente que tome esos puestos terribles”.
Mirando hacia adelante
De cara al futuro inmediato, Edelberg percibe que “La economía está en un lugar más estable. Por lo tanto, se debe esperar que baje la velocidad. Puede verse un crecimiento positivo modesto, o un pequeño crecimiento negativo” en 2023.
“En todo caso, no va a ser muy distinto de lo que vemos ahora. Debemos mirar bajo lo superficial. Si la economía baja, se va a concentrar en sectores específicos; así que podríamos ver un sector mejor que otro”.
Para Fenton, la inversión en asistencia social traerá prosperidad en el futuro. “Si uno puede sacar a un niño de la pobreza, tendrá mejor salud, le va a ir mejor en la escuela, se le abrirán más posibilidades de ir a la universidad y conseguirá mayor ingreso en el largo plazo. No solo es correcto moralmente, sino fiscalmente”.
La doctora Mabud cree en una economía centrada en las familias, donde a los empleados les vaya bien, donde se puedan comprar las cosas para la escuela de los niños. “Hay que tener trabajo de calidad, invertir en infraestructura, asegurarse de que la gente pueda tomar un día libre por asuntos de salud”.
Remata afirmando que cuando a la gente le va bien, a la economía le va bien. “Esa es una economía exitosa. ¿Cómo llegamos hasta allí? Esa es la pregunta”.