El Presidente Joe Biden sostuvo un encuentro a puerta cerrada en el hotel St. Regis de Bal Harbour, con familiares que fueron llegando al lugar en autobuses y poco antes del mediodía del jueves.
Biden aterrizó en Miami para brindar consuelo a los familiares de las víctimas del edificio derrumbado hace una semana en Surfside, que aún esperan encontrar con vida a parientes entre los escombros. Hasta ahora se han recuperado 18 cuerpos y hay 145 desaparecidos.
El presidente, acompañado de su esposa Jill, estuvo tres horas junto a las víctimas a puertas cerradas, y apenas trascendió lo que sucedió. Les ofreció un breve mensaje desde el centro del salón y luego tuvo encuentros separados con cada familia. Se supo que se quedó en el lugar hasta que todos los familiares tuvieran su oportunidad de hablar.
“Estoy aquí para escuchar”, “Entiendo cómo se sienten”, decía el presidente mientras ponía el oído a la angustia y a la frustración de los familiares que ven cómo los trabajos de rescate se demoraban. En medio de vientos huracanados, las tareas se detuvieron el jueves desde la mañana por temor a derrumbes en la parte del edificio que quedó en pie. Luego fueron reanudadas las labores de rescate.
En una conferencia de prensa tras el encuentro, Biden contó que las familias mantenían la esperanza, pero eran “realistas”. Que habían podido observar la pila de escombros y las dificultades del rescate y entendían que a una semana de la tragedia las posibilidades se extinguían. Les aseguró que aún había esperanza y que “lo mínimo era el rescate de los cuerpos”.
“Están pasando por un infierno”, dijo, y recordó que él mismo había sentido esa angustia cuando, tras el accidente que sufrió su familia hace décadas, no sabía si alguien había sobrevivido. "Ya es malo perder a alguien, pero lo difícil, lo realmente difícil, es no saber si sobrevivieron o no. Simplemente no tener ni idea".
Luego de la conferencia de prensa, Biden visitó junto con su esposa, vestida de luto, un memorial improvisado en una de las vallas que bloquean el acceso al edificio derrumbado, que está colmada de fotos de las víctimas y de los desaparecidos y flores de todos los colores.
Algunos allegados de las víctimas optaron por no ir al encuentro con Biden y hasta mostraron su disconformidad con la visita del presidente y señalaron que podía obstaculizar la tarea de los socorristas. Biden se encargó de resaltar que el freno en el rescate era por temor a un derrumbe y que los rescatistas perdieran la vida.