Dos jóvenes artistas venezolanas: Camila Bellorín Tanasi de 28 años y Verónica Florville de 29 años, aportan desde sus obras una visión potente y sensible sobre identidad, memoria y resistencia.
Camila Bellorín Tanasi regresa a la fotografía orgánica que documenta y muestra la realidad tal como es, con honestidad y sensibilidad, con su proyecto “La Caja de Pandora”, presentado en el Museo de Bellas Artes de Caracas.
Esta obra mezcla performance y fotografía para transformar el mito en una experiencia de empoderamiento y memoria colectiva, visibilizando los retos que enfrentan las mujeres marcadas por la discriminación de género, el racismo, la represión, el trabajo adolescente, la invisibilización de las etnias originarias y la lucha campesina. Inspirada en la obra “La Mujer de la Carga” de Juanjo Novella, Bellorín creó cajas de madera que siete mujeres llevaban como símbolo del peso cotidiano que cargan.
La propuesta de Camila representa un manifiesto documental e íntimo, que invita al público a reflexionar sobre la diversidad de la experiencia femenina a través de testimonios de mujeres de distintas edades y condiciones.
Por su parte, Verónica Florville, por su parte, nos trae su obra "Hilos de una cartografía", la cual se presenta como un mapa que actúa como un espejo interior para quien lo observa y, al mismo tiempo, se convierte en un espacio universal de reconocimiento y autoconocimiento.
Aquí, lo íntimo resuena con lo público; la geografía de la obra se transforma en una "tierra de nadie" libre de fronteras ideológicas. Todos participamos activamente mediante el acto simple de percibir y proyectar.
El mensaje de esta pieza radica en mostrar que la identidad es una construcción colectiva, siempre en cambio, formada por la suma y superposición de rasgos comunes, incluso en la máxima singularidad.
Ambos artistas representan el vigor del arte venezolano. Sus obras, con enfoques distintos pero complementarios, contribuyen a consolidar el arte como un instrumento clave de transformación social y emocional.
