Al no poder acceder a las ayudas sociales del gobierno ecuatoriano, la situación de los connacionales se ha agudizado
Ecuador se ubica en el cuarto país de Latinoamérica en albergar el mayor asentamiento de venezolanos con una cifra cercana a los 254.000, sin acceso a ayudas sociales del gobierno ecuatoriano, sin estabilidad laboral y un ambiente discriminatorio cada vez peor.
Yasmina Hera, periodista venezolana radicada en Ecuador, quien preside la Asociación de Periodistas Venezolanos en ese país, relató las necesidades que día a día atraviesan los connacionales al portal Qué Pasa, de Maracaibo.
Sin medios
Así como pasa en Perú y Colombia, los venezolanos en Ecuador tienen que gastar lo que ganan en el pago de las habitaciones que alojan, comida e impuestos en los servicios básicos, sin la oportunidad de tener la capacidad de ahorro necesaria para volver a Venezuela.
«Muchos migrantes se las arreglan para sobrevivir, viviendo el día a día, sin una red de apoyo social. Ahora en medio de la pandemia los han despojado de sus ingresos (…) a menudo corren el riesgo de ser desalojados de sus arriendos», manifestó Yasmina.
Al no ser ecuatorianos, por ejemplo, los migrantes venezolanos no tienen acceso a las ayudas sociales que otorga el Gobierno central a las personas y familias en situación de vulnerabilidad por la pandemia, como las canastas de alimentos o los bonos de emergencia.
Discriminación y explotación
Además, la discriminación y explotación laboral agudizan la situación de los connacionales. Trabajando por ni siquiera un sueldo mínimo algunos venezolanos en Ecuador tienen que trabajar en un horario de domingo a domingo, que sobrepasa las ocho horas estipuladas a nivel laboral.
«Todo eso depende del sector en el que trabajes, yo me he encontrado con venezolanos que me han dicho que prefieren trabajar en la economía informal y ganar más que buscar trabajo en las empresas formales ecuatorianas», comentó.
Yasmina aseguró que «por todas esas situaciones» la necesidad de los venezolanos en regresar no parte desde la pandemia. Sin embargo, recalcó que por la paralización de la economía la situación empeoró.
A juicio de la periodista, la falta de empleo, el Covid-19 y la aporofobia ha incidido para que muchos venezolanos decidan retornar a Venezuela. Desde su historia personal, Yasmina comentó que siendo periodista y aunque llevó toda su documentación, «no fue fácil, porque a nivel de empleo al principio a los venezolanos les cierran las puertas».
Sin embargo, Yasmina expresó que para ella no se trata de xenofobia sino de «aporofobia», que consiste en el rechazo a las personas de un bajo nivel económico.
Sin atención médica
Yasmina contó que ella ha estado en contacto con venezolanos que le aseguran que carecen de la atención medica necesaria. «Algunos me comentaban que cuando se dirigían a los hospitales, sólo les recetaban unas pastillas y ya, aún cuando ellos presentaban fiebre o tos».