Madujudas "El Bigotuo" 

Jesús Elorza / jesuselorza@hotmail.com

 

En casi todo el territorio venezolano hay una costumbre en la que distintas comunidades tienen una amplia participación el Domingo de Resurrección. Se trata de La Quema de Judas, esta tradición tiene un significado simbólico de justicia popular, pues a través de esta el pueblo expresa sus quejas y descontentos con relación a los acontecimientos políticos y comportamiento de figuras públicas y funcionarios del estado, de igual forma trata de dar finiquito simbólico a la cuaresma para garantizar su resurrección el próximo año. El motivo original es recordar la traición de Judas a Cristo, y simbólicamente alude a la deslealtad del personaje escogido para ser el Judas, a su pueblo, comunidad o hasta el país. Se identifica con Judas no solo a quien traiciona, se lleva la asignación de su significado a cuanta manifestación de maldad pueda pensarse, siendo tan significativa su acción que pocos padres, por no decir que ninguno, le colocarían ese nombre, Judas, a un hijo suyo 

La ceremonia comienza cuando es seleccionada la persona que, sea considerada por sus acciones una amenaza para la sociedad y que sea merecedora de burlas o escarnios. 

Este año, nuevamente fue escogido de manera unánime en todas las parroquias, municipios, gremios, sindicatos y comunidades universitarias del país, Nicolás Maduro, por su autocrático y militarista desempeño como gobernante. Fueron objetos de la burla del pueblo, su incapacidad y la de sus ministros para atender y resolver los problemas. Entre los versos que configuraron los distintos testamentos, resaltan los siguientes: 

              

                    I 

Yo soy Madujudas El Bigotuo         

y me vengo a presentar 

ante el mundo universitario 

que me he propuesto eliminar 

              II 

Si usted no me reconoce 

no se vaya a molestar 

ya que en el salón de clase 

nunca me quise sentar 

y por eso la ignorancia 

es mi compañera sin igual. 

                 III  

Sé que muchos me repudian, 

y me quieren suplantar 

por ser corto de ideas 

y de poco razonar 

pero aquí les traigo algo 

para a todos aclarar, 

y les presento una idea mía 

para que las Universidades 

no tengan autonomía. 

              IV 

A todos los implicados 

en el mundillo universitario 

después de analizarlo mucho 

los puse a comerse un cable 

con salarios y pensiones 

para que se mueran de hambre. 

               V 

Para reducir las tensiones 

con la comunidad universitaria 

me deje de tontería 

después de parlar con Cilía 

y contarle mis visiones 

acabé con los Institutos de Previsiones. 

             VI 

Del Nuevo Poder Obrero 

les cuento sin dolor 

que, aunque usted lo esperaban 

no tengo tabulador 

para garantizarles sus sueldos 

y una que otra cuestión 

teniendo todos sus contratos 

metidos en un congelador. 

             VII 

A los profesores universitarios 

a quien me dirijo con honor 

con mucha emoción les digo 

que las Normas de Homologación 

como muchas otras promesas 

las mandé pal carajo con toda mi intención. 

           VIII 

En este desgobierno que dirijo 

 con holgura sin igual 

les cuento a mis compañeros 

sobre la Seguridad Social, 

y como a mí no me conviene 

que la vayan a utilizar 

el conocido HCM 

se los voy a eliminar. 

             IX 

Y llegando a mi final 

con el Petro soberano 

a los trabajadores universitarios 

le metí medio palo marrano, 

                X 

Tengo siempre presente 

a los trabajadores universitarios en mi mente 

que con la seguridad social que hoy les ofrezco  

sin lugar a dudas están condenados a muerte. 

               XI 

Antes de que me prendan candela 

a este judas rojo-rojito 

en los barrios de Venezuela, 

eructo mi último grito: 

No soy Judas Iscariote 

aunque siempre se me ve el bojote 

por eso pueden llamarme 

MaduJudas el del bigote. 

             XII 

Ahora ya estoy preparado 

sé que me van a quemar 

como si fuera CAVIM 

la que se vuelve a incendiar 

para poder disfrutar 

del ruido de los cohetes 

que empezarán a explotar 

y así purgar mis pecados 

por volver engañar 

al pueblo universitario 

que jamás quise ayudar. 

Y será hasta el año que viene 

que nos volvamos a encontrar, 

si alguno sobrevive 

para poder celebrar.